Las mujeres ya representan más del 70% de la plantilla de la Administración autonómica. De un total de 86.995 trabajadores, 61.488 son mujeres y 25.507 son hombres. Las mujeres casi triplican a los hombres en cualquier dependencia del Gobierno gallego, ya sea un colegio, un juzgado o un edificio administrativo. En los centros sanitarios, hay cuatro trabajadoras por cada empleado hombre. Sin embargo, esta amplia presencia de las mujeres en la base de la Administración no se traslada luego a la cúpula. Ahí la tendencia se invierte. Los altos cargos son un centenar, y 39 son mujeres. Los puestos de control son para ellos, pero hay excepciones llamativas en este techo de cristal.
Rosa Quintana y Beatriz Mato son las dos únicas conselleiras que han conformado un equipo directivo exclusivamente femenino. En Medio Ambiente y Mar, las mujeres son las que están al mando. Cinco mujeres, en Medio Ambiente, y cuatro, al timón de Mar.
La Administración Pública siempre ha sido un refugio para las mujeres que quieren un sueldo a final de mes. El acceso por oposiciones, a través de un sistema que mide mérito y capacidad, e ignora el nombre del candidato, ha animado desde hace años a las mujeres a optar a una plaza. Eso, y las condiciones laborales, un trabajo de mañana, en muchos casos, que permite conciliar vida familiar y laboral.
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Este año, por primera vez las mujeres superan el porcentaje del 70%. Con la crisis económica, la Xunta perdió efectivos, porque no convocaba oposiciones y no cubría jubilaciones. 2.304 trabajadores menos en 10 años, pero las mujeres, en cambio, son más. Pasaron de 60.425 a 61.488. En cambio, los hombres son 3.371 menos.
La presencia de las mujeres mengua en la cúpula. María Jesús Sáinz, que fue la primera conselleira que tuvo Galicia, allá por el año 1986, confesaba en una entrevista, que "ser mujer fue el principal obstáculo" al que se enfrentó en su carrera política. Ella y sus compañeras tuvieron que "demostrar" que tenían "el mismo derecho, las mismas inquietudes políticas, y la misma preparación que ellos". Elena Sánchez Piñón, que estuvo al frente del mismo departamento que Sáinz veinte años después, en el Gobierno paritario de Emilio Pérez Touriño, declaraba: "A las mujeres se nos sigue juzgando todavía por nuestra competencia y a los hombres por su potencial, con eso muchos ya llegan a los cargos". Beatriz Mato, una de la cuatro conselleiras de la Xunta actual, admitía el año pasado que las mujeres "tienen que luchar todavía y queda mucho por delante" para jugar en igualdad de condiciones que los hombres. Rosa Quintana, conselleira do Mar, lamentaba que la incorporación de las mujeres a los puestos directivos "va con retraso". Los datos avalan la apreciación de Quintana, aunque también es indudable la evolución desde los tiempos de Sáinz, la primera y única mujer en el Consello de la Xunta, hasta hoy.
