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Las ventas de parcelas rurales se sitúan por primera vez por debajo de las 40.000 al año

Las operaciones caen un 20% en tres años por el envejecimiento y el abandono del sector agrícola -Los precios repuntan un 15% -Pontevedra copa los municipios más caros

Un agricultor, en su plantación de patatas de Lalín. // Bernabé/Javier Lalín

El rural gallego sufre una decadencia que parece irremediable, con un 10% menos de tierras dedicadas a la agricultura y un 34,% menos de afiliados a la Seguridad Social en esta actividad -19.940 personas- que hace una década y una pérdida de interés de las nuevas generaciones por el sector primario, fenómenos vinculados a los cambios en la economía global, el minifundismo y el envejecimiento de la comunidad, más acusado fuera de las ciudades. Este contexto ha provocado que las ventas de fincas -agrarias y forestales- hayan caído un 20% entre 2013 y 2016 y se situaran por primera vez por debajo de las 40.000 hectáreas traspasadas, aunque en ese período los precios hay repuntado un 15%.

Los datos constan en el Informe anual sobre presos e mobilidade da terra rústica en Galicia, elaborado por el Observatorio Galego de Mobilidade de Terras, dependiente de la Xunta. El documento esboza dos radiografías: la coyuntural y la estructural, tanto para los terrenos dedicados a cultivos como a producción forestal.

La coyuntural refleja que el último año del que se disponen datos resultó mejor en compraventas que 2015 en el caso de las fincas de labor repuntó ligeramente al pasar de 18.446 hectáreas a 18.670, aunque se trata de casi tres mil menos que las 21.489 de 2013. En el caso de las parcelas forestales, no existen matices. De las 27.023 hectáreas vendidas en 2013 se pasó a 25.404 en 2014, a 24.164 en 2015 y 20.771 en 2016. En total, el descenso entre ambas es del 20% entre 2013 y 2016: 48.512 frente a 39.379. Ahí radica la mirada estructural, pues el declive parece imparable desde 2008. Eso sí, existen diferencias. "Las mayores tasas de movilidad se concentran en la mitad norte de Galicia, especialmente en la provincia de Lugo, tanto para superficie agrícola como para superficies de monte", indica.

Mientras, los precios repuntaron un 15% desde los 0,77 euros por metro cuadrado de 2013 a los 0,89 de 2016. En ese período, los terrenos forestales pasaron de 0,49 a 0,58, mientras que las parcelas agrarias cayeron de 1,35 a 1,31, aunque en 2016 repuntaron frente a la caída de los primeros respecto a 2015.

Los motivos son estructurales y coyunturales, pues determinadas parcelas más rentables se encarecen y los propietarios tampoco quieren vender a cualquier precio. Además, existen diferencias acusadas dependiendo de la zona.

"La subida no fue uniforme en Galicia y se aprecia una bajada sensible de los precios medios tanto de las SAU -superficies agrarias- y en menor medida de los terrenos de monte, en el occidente de las provincias de Pontevedra y A Coruña -algunos de los municipios con los precios medios más elevados de Galicia-, así como en el sur de Lugo. En Ourense, por el contrario, encontramos un comportamiento heterogéneo dado que coexisten municipios en los que hubo incrementos significativos e los precios medios con municipios con bajadas de más del 50%", apunta el informe.

Pontevedra copa los diez concellos con la tierra más cara. Al frente, Cangas, con 9,03 euros el metro cuadrado de media, seguida de Vigo con 8,72, aunque este lidera la categoría de parcelas agrarias con 12,23. Ourense acoge los más baratos: Calvos de Randín (0,12), A Mezquita (0,13) y Chandrexa de Queixa (0,14).

Para combatir el abandono del rural, la Consellería de Medio Rural elevó un 14% las ayudas de este año para la modernización de las explotaciones agrarias hasta sumar 65 millones de euros, al tiempo que pondrá en marcha oficinas para facilitar la venta de granjas o de maquinaria, un año después de anunciarlas.

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