Pablo Casado decidió abrir ayer el curso político en Galicia manteniendo la tradición de su antecesor Mariano Rajoy. Era una deferencia hacia quien fue su jefe, pero sobre todo un reconocimiento a Alberto Núñez Feijóo y el PPdeG, pues Galicia es la única comunidad donde los populares gobiernan con mayoría absoluta. Además, la mayoría de los populares gallegos apostaron por él para tomar las riendas del PP, en el Congreso extraordinario de julio. Y la retirada de Feijóo, que en el último momento descartó dar la batalla, facilitó la victoria de Casado.

Pero la elección de Galicia para abrir el curso político no es el guiño más importante que ayer lanzó Casado a Feijóo, en la Carballeira de San Xusto, en el municipio de Cerdedo-Cotoabade, a donde llegó con una hora de retraso, por un problema de avión.

El nuevo líder del PP quiere contar con Feijóo, y así le ha elegido para "coordinar y liderar" la Convención Nacional que la formación celebrará el uno y dos de diciembre. La cita será "el punto de partida" para la elaboración de los programas electorales. Es decir, será la puesta al día del ideario político y del proyecto para España del PP.

"Le voy a proponer (a Feijóo) que verse sobre la apertura del partido a la sociedad, que la reflexión se centre también en actualizar, que no reformar nuestra Constitución porque España no es la misma que hace 40 años", explicó Casado.

El nuevo líder del PP justificó la decisión del encargo al titular de la Xunta, a quien siempre pone "como referente". "Al PP a nivel nacional nos vendría muy bien hacer como el PP de Galicia, máxime cuando uno ve las cifras en Galicia al primer nivel europeo. Tenemos que replicar este modelo en el resto de España", defendió Casado, que presentó como un éxito económico la gestión de Feijóo al frente del Gobierno gallego desde 2009.

El presidente del PP llegó con los deberes hechos a Cerdedo-Cotobade. Su discurso fue en clave estatal, pero también con lectura autonómica. Advirtió de que si el AVE no llega a Galicia en 2019, la culpa será del PSOE, y criticó al Gobierno de Sánchez por no ayudar a los afectados por la explosión de Tui, aunque no aludió a la polémica de la semana: la demanda de compensaciones a los puertos gallegos tras la condonación de 350 millones al muelle de Valencia por parte del Ejecutivo de Sánchez. Evitó pronunciarse sobre una cuestión que ha tensionado a los populares gallegos, pues en un primer momento el foco se puso en el puerto de Langosteira, y no en todos.

Casado buscó la empatía con su público, presentándose como natural de "una provincial del rural". Quizás intentando sacarse la imagen de "chico de Madrid, de barrio de Salamanca", se declaró parte de "la España vacía", y dijo saber que en Galicia y en Palencia, donde nació, la educación y la sanidad cuestan cuatro veces más por la dispersión y el envejecimiento. Por ello, respalda la propuesta de Feijóo para que la futura financiación autonómica tenga más en cuenta estas variables.