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La prolongación de la vida laboral

Los gallegos que compaginan la jubilación con un trabajo se duplicaron en cuatro años

Son ya más de 2.100, la mayoría autónomos - Pueden percibir un salario y el 50% de su pensión -Si son trabajadores por cuenta propia y tienen empleados cobrarán el cien por cien

En una sociedad tan envejecida como la gallega, con pensiones que, en algunos casos, no alcanzan para vivir, cada vez son más los mayores de 65 años que deciden prolongar su vida laboral o bien compaginar su jubilación con un empleo. Fue, de hecho, en 2013 cuando el Gobierno abrió por primera vez la puerta a que los jubilados pudieran tener un contrato de trabajo y cobrar al mismo tiempo su pensión. Eso sí, solo recibirán la mitad de la prestación, salvo en el caso de los autónomos que podrán percibir el cien por cien si tienen al menos a un empleado contratado. Y, desde entonces, la cifra de gallegos que decide compatibilizar su jubilación con un trabajo no ha dejado de crecer. En cuatro años se han duplicado y ya suman 2.148.

La gran mayoría son autónomos. Los gallegos que han trabajado por cuenta propia reciben una pensión media de 612,23 euros mensuales, 500 euros menos que un asalariado. Y esto empuja a muchos de ellos a continuar al frente de su negocio pese a haber cumplido ya los 65 años.

Antes de la reforma aprobada por el Gobierno en 2013, los jubilados ya podían compaginar trabajo y pensión, pero con muchas más limitaciones. Solo estaban permitido tener un empleo a tiempo parcial o hacer colaboraciones puntuales por cuenta propia siempre y cuando los ingresos anuales no excedieran el Salario Mínimo Interprofesional.

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El Ejecutivo de Mariano Rajoy decidió romper estas barreras y permitir que la pensión fuera compatible con un contrato de trabajo, bien sea a jornada completa o a tiempo parcial.

El objetivo era acabar con el trabajo irregular, pues había una bolsa de jubilados que continuaba trabajando y ocultaba sus ingresos al fisco. Se trataba, por lo tanto, de ganar cotizantes para la Seguridad Social y aumentar así los ingresos del Estado.

Se puso en marcha entonces la llamada "jubilación activa". En una respuesta parlamentaria a una pregunta del grupo socialista en el Congreso, el Gobierno informó que 2.148 gallegos compaginan ya la jubilación con un empleo.

Desde que entró en vigor esta modalidad a mediados de 2013 el crecimiento ha sido exponencial. Si el primer año fueron 505, en 2014 se elevó a 994. Después aumentó hasta los 1.372 y en 2016 llegó a 1.792. El último año se incrementó otro 20 por ciento hasta los 2.148.

Un tercio de los gallegos beneficiados de la llamada "jubilación activa" son pontevedreses (722). En esta provincia la evolución del numero de jubilados que cobran pensión al mismo tiempo que trabajan ha sido similar a la tendencia registrada en el conjunto de Galicia. En cuatro años, también se duplicó su número.

Para compatibilizar empleo y pensión, en primer lugar, se debe haber cumplido la edad legal de acceso a la jubilación, que en 2018 es de 65 años y seis meses, y haber cotizado para percibir el 100 por cien de esa prestación contributiva. Además, solo es compatible con los empleos en el sector privado (bien por cuenta ajena o propia, ya sea jornada completa o parcial), ya que los públicos quedan excluidos de esta posibilidad.

El pensionista-trabajador tendrá que seguir cotizando a la Seguridad Social, pero con unas condiciones mucho más ventajosas: solo pagarán por incapacidad temporal y por contingencias profesionales. De esta forma, quedarán sujetos a una cotización especial del 8 por ciento (el 6% corre a cuenta del empresario y el 2% restante lo paga el trabajador). En todo caso, el jubilado no aumentará la cuantía de su pensión por seguir trabajando.

En un principio, cuando arrancó esta modalidad de "jubilación activa", se estableció una reducción de la pensión del 50 por ciento. Sin embargo, el pasado año se aprobó una reforma para que los autónomos pudieran cobrar el cien por cien de su prestación por jubilación, al mismo tiempo que siguen al frente de su negocio.

Sin embargo, el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez volvió a retocar la norma el pasado mes de julio e introdujo un nuevo requisito para que los autónomos puedan cobrar el cien por cien de su pensión si deciden compaginarla con el trabajo: que tengan al menos a un empleado contratado. Esto ha generado gran malestar en el colectivo de trabajadores autónomos.

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