Hace días se daba cuenta en FARO DE VIGO del avistamiento de una nueva ballena azul en aguas gallegas. Ahora los lectores del decano pueden disfrutar del vídeo filmado bajo el agua en el que se aprecia al mismo animal alimentándose.

Fue el miércoles pasado cuando el Instituto para el Estudio de los Mamíferos Marinos (BDRI, por sus siglas en inglés), documentó la presencia de una ballena azul (Balaenoptera musculus) en la costa gallega. Ya se dijo entonces que este nuevo avistamiento del animal más grande del planeta ha entusiasmado a la comunidad científica, ya que permite concluir que los grandes cetáceos regresan a Galicia, e incluso que vienen para quedarse.

Unos 19 metros de largo

Es un ejemplar "de unos 18 o 19 metros", y por tanto aún "pequeño", teniendo en cuenta que la especie puede alcanzar los 30 metros de largo. Pero es un juvenil, y esto también es buena noticia, pues que se acerquen las crías a Galicia significa que tienen alimento, que están cómodas aquí y que los adultos pueden andar cerca.

Su localización, unida a los avistamientos del año pasado, refuerza la teoría de cuantos creen que la creciente presencia de delfines mulares y comunes en las rías gallegas, su reproducción en ellas y el aumento de cetáceos no obedece a la casualidad, sino que es consecuencia directa de la abundancia de plancton, peces y cefalópodos.

Puede pesar 173 toneladas

La ballena azul (Balaenoptera musculus) puede alcanzar los 30 metros de largo y 173 toneladas de peso. Antiguamente era frecuente en Galicia, pero desapareció de estas latitudes. El año pasado fueron localizados varios ejemplares, y aquello permitió recuperar esperanzas de que regresen a estas aguas en mayor número.

En el BDRI dicen que "estamos acostumbrados a ver grupos de cientos, a veces miles de delfines, como también marsopas y otras especies, pero encontrar tantas ballenas en nuestra costa nos da aún más ánimos para seguir con nuestras expediciones e investigaciones".

Bruno Díaz, el director de este centro de investigación asentado en O Grove asevera que esta especie regresa en busca de alimento y "podría volver a establecer una antigua ruta de migración varias décadas después de que fuera casi exterminada por balleneros comerciales durante el siglo pasado".