El Corredor Atlántico, con más de 6.200 kilómetros de líneas existentes, es un eje ferroviario de la Red Transeuropea de Transportes que incluye características heterogéneas de infraestructura: diferentes anchos, diferentes tensiones, e incluso un tramo sin electrificar en España (Córdoba-Algeciras), itinerarios con vía doble y vía única, diferentes sistemas de señalización, cargas máximas muy variables.

Dentro del Corredor Atlántico, el tráfico internacional de mercancías alcanza un volumen de 300 millones de toneladas, de las cuales sólo un 4% se transporta por ferrocarril, lo que revela un gran potencial de crecimiento.

Puntos vitales de este tipo de corredores son los enlaces a los puertos marítimos, porque posibilitan el transporte de mercancías por todo el mundo, al conjugar vías marítimas y terrestres. El Corredor Atlántico conecta los puertos marítimos de Sines, Setúbal, Lisboa, Aveiro y Leixões, en Portugal; Algeciras, Bilbao y Pasajes, en España; Bayona, Nantes, La Rochelle y Le Havre, así como los puertos interiores de Burdeos, Rouen y Estrasburgo en Francia; a las principales capitales dentro del corredor: Lisboa, Madrid, París, al este de Francia, a Mannheim en Alemania y también al norte y el este de Europa.