Villares se defendió ayer de las críticas internas recibidas por la defensa, por parte de la dirección, de un tope salarial de tres salarios mínimos para los cargos de En Marea -2.123 euros mensuales en 14 pagas, que aumentaría en función de cargas familiares- al que podrían establecerse excepciones y, por tanto, generar desigualdad salarial. La coordinadora propone subir ese máximo para quienes perdiesen dinero al entrar en política.

El exjuez contraatacó y rechazó una enmienda de los críticos -cuya carta financiera no contempla compensar el "lucro cesante" de sus cargos por iniciar su actividad política- que "va en la línea de recuperar la figura de los liberados, una figura que nosotros queremos desterrar de En Marea; con recuperar los liberados clásicos no estamos de acuerdo y ahí habrá debate sin ninguna duda".

El portavoz rupturista defendió que "las personas que tengan que trabajar para En Marea lo hagan con criterios única y exclusivamente de personal de apoyo al trabajo organizativo y no dependan de las mayorías o minorías que dirijan la organización".