La coincidente promesa de los partidos políticos en estos meses de citas electorales continuas para sacar adelante medidas de lucha contra la desigualdad social es la enésima prueba, una de las más contundentes, de que la larga crisis no afectó a todos por igual. El 20% de los más ricos en el país maneja unos recursos que son 6,8 veces mayores a los del 20% de la población más pobre, según el reciente estudio de la Fundación Foessa. Esa diferencia en Galicia es sustancialmente más baja, 4,45 veces, pero lo cierto es que la brecha sigue creciendo sin descanso. "En resumen -destaca el análisis del organismo que dirige Cáritas-, los efectos de la recesión no se han distribuido equitativamente entre los grupos de la población, hecho que ha provocado que la pobreza aumente y se dificulte la salida de la pobreza y la exclusión". De hecho, parte de la explicación a que Galicia esté entre las regiones en las que se contuvo la caída de la renta media en los últimos años viene del crecimiento registrado en las franjas más altas de poder adquisitivo y el efecto que eso ejerce sobre los cálculos. Los últimos datos del impuesto sobre el Patrimonio inciden en la misma idea. El dinero y las propiedades que atesoran los declarantes del gravamen -en general, aquellos que superen los 601.000 euros- engordó en más de 7.000 millones entre 2011 y 2014, todavía en pleno pinchazo de la economía.
En la última campaña de Hacienda, la del pasado 2015 con los datos económicos del ejercicio anterior, el número de contribuyentes obligados a rendir cuentas con la tasa alcanzó en Galicia los 7.622. Son 163 más que en el turno de declaraciones anterior y un 7,5% -533 en cifras absolutas- por encima de 2011, cuando el acuciante problema del déficit público y la asfixia financiera por la falta de ingresos llevó al Gobierno central a reactivar el impuesto. La suma de su patrimonio escala a un total de 32.466,6 millones de euros, según los datos publicados ayer por la Agencia Tributaria. O, lo que es lo mismo, prácticamente el equivalente al 58% del Producto Interior Bruto (PIB) autonómico. El presupuesto de la Xunta para el actual ejercicio multiplicado por 3,8.
Un montante que no dejó de medrar desde que el Ejecutivo optó por sacar el impuesto del letargo. En 2011, los 7.090 gallegos con grandes patrimonios reunían 25.413 millones de euros. En 2012 eran 7.338, con 30.266,9 millones ; en 2013 subieron a 7.459, con 31.227,6 millones. El aumento de las propiedades en sus manos roza el 28% en los últimos cuatro años, un porcentaje evidentemente muy superior a ese 7,5% registrado entre los declarantes.
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Como es habitual, son más mujeres (3.948) que hombres (3.654), aunque las primeras declaran menos, unos 13.117 millones.
En el conjunto del Estado, los contribuyentes del impuesto del Patrimonio se situaron en la campaña de 2014 en 181.870, lo que supone un incremento anual del 1,9%, frente al 1,92% de Galicia. El patrimonio medio declarado ante la Agencia Tributaria fue de 3,054 millones. En esa cifra influyen de lleno los niveles de riqueza del colectivo en el que se mueven dos comunidades. La primera, Madrid, que lidera el ranking del gravamen. Más de 16.600 declaraciones y un patrimonio medio cada una de 8,4 millones. Sin embargo, es la única región que tiene exenta al completo la tasa. No se paga Patrimonio.
La segunda que destaca entre el resto es Galicia. El patrimonio medio revelado ante Hacienda fue de 4.270 millones. También aquí el ascenso respecto a 2013, de un 2%, salta sobre la media nacional, del 1,5%. Una posición en la que, sin duda, influye la ubicación en la comunidad de varias de las mayores fortunas españolas, como la del fundador de Inditex, Amancio Ortega; su hija Sandra, al frente de la fundación Paideia tras el fallecimiento de su madre, Rosalía Mera; o el dueño de Inveravante, Manuel Jove, entre otros conocidos nombres.
En los siguientes puestos de la lista del impuesto aparecen Canarias y Comunidad Valenciana, con patrimonios medios de 3,030 y 2,9 millones de euros, respectivamente. En Murcia y Baleares rondan los 2,7 millones; los 2,6 en La Rioja; unos 2,4 millones en Aragón; alrededor de los 2,3 en Castilla-La Mancha, Cataluña y Andalucía; mientras que en Asturias la media se sitúa en 2,2 millones; los 2,1 millones en Cantabria y Castilla y León; y dos millones en Extremadura.
Por todas esas razones también es muy diferente el rendimiento que cada territorio le saca al impuesto. De creación estatal pero con la recaudación para las comunidades, que pueden bonificarlo o, directamente, marcar un tipo 0 como Madrid. De los más de 32.400 millones que suma el patrimonio de los ricos gallegos, la base imponible quedó reducida a 8.319,7 millones. Hay que tener en cuenta que el bien mayoritario, las participaciones en empresas, están exentos cuando esas acciones suponen la mayoría de una sociedad. La cuota a ingresar para las arcas de la Xunta fueron 65,7 millones -el tipo medio y efectivo subió del 0,75% en 2013 al 0,79%, el mayor de los coeficientes aplicados en todas las autonomías en 2014 dada el alza de los fondos de estos contribuyentes-, que son 6,5 millones más que el ejercicio anterior y el 7% de los ingresos totales en España (937 millones).
Casi 2.700 millones en cuentas bancarias y 87 millones en coches, joyas, pieles y otros bienes
- La actualización ayer de la Agencia Tributaria con los datos de los declarantes del impuesto del Patrimonio de 2014 refleja muy al detalle en qué tienen metidos los ricos su dinero. Evidentemente no todo, ni mucho menos, es efectivo. La inmensa mayoría en Galicia posee participaciones en empresas. Más de 22.600 millones de euros en capital que, en caso de ser mayoritario en una sociedad, no tributa. Concretamente, hay 2.618 millones de euros en acciones en entidades jurídicas negociables en mercados de valores y con esta misma categoría, pero exentos, están otros 549 millones. Entre las que no cotizan, el importe de los paquetes de títulos por los que se paga suma 1.649,9 millones, mientras que los que se libran superan los 17.800 millones. Son cantidades netas de deudas y el 69% del total de los patrimonios.En instituciones de inversión colectiva, las famosas sicavs, los gallegos más acaudalados reúnen 1.851 millones de euros. En deuda pública, casi 360 millones; y en obligaciones, bonos y otros valores no negociables, unos 111 millones.Lo que sí es dinero en efectivo son los 2.678 millones en cuentas bancarias. Hay otros 209 millones en seguros de vida y 22 millones en rentas temporales y vitalicias. Los inmuebles de naturaleza urbana ascienden a 3.120 millones de euros, mientras que los ubicados en suelo rústico se quedan en 92,8 millones.Los bienes suntuarios alcanzan los 87 millones. De ellos, 40 están en vehículos, joyas o pieles; y otros 47 en arte y antigüedades.
