Mariano Rajoy vuelve a tomarse un respiro en Galicia. Además de felicitar a todos sus paisanos a través de las redes sociales, el presidente del Gobierno en funciones también decidió disfrutar de unos días de "desconexión" en Sanxenxo"desconexión" en Sanxenxo. Como es tradición en su agenda ociosa, Rajoy se dejó ver - por muy pocos- en la Ruta da Pedra e da Auga, el sendero más famosa de O Salnés. Algunos de las personas que también incluyeron en sus planes de "puente" realizar la ruta preguntaron a los escoltas si era posible hacer una fotografía con el presidente, aunque se quedaron con las ganas.

Pero los turistas no fueron los únicos que no pudieron culminar sus intenciones de retratarse con el presidente. El alcalde de Meis, José Luis Pérez, también subió temprano a Armenteira con la intención de ver a Rajoy, pero tampoco lo logró. Pese a que la presencia de escoltas fue abundante, muy pocos pudieron saludar a Mariano Rajoy en esta breve pausa en Galicia por el puente del Apóstol.

Quienes sí lo vieron fueron cuatro mujeres de Vilanova que tienen la costumbre de quedar los domingos y días festivos para hacer juntas la Ruta da Pedra e da Auga. Es una actividad con la que disfrutan, que les proporciona el espacio y el tiempo para ellas mismas que a menudo no tienen por los quehaceres diarios. En su caso, y al hacer con tanta frecuencia el camino, ver a Mariano Rajoy ya no las sorprende. "Al principio sí que le pedíamos hacernos una fotografía con él, pero ahora ya no", cuenta una de ellas en la terraza del bar Comercio, el mismo en el que Rajoy desayuna todos los días, o casi todos. Las mujeres habían empezado el camino hacia las 8.30 horas,y apenas un cuarto de hora después Rajoy y José Benito Suárez -presidente del Puerto de Marín y marido de lq presidenta del Congreso de los Diputados- las adelantaron como una exalación. Tampoco eso las sorprendió. "Siempre van muy rápido", espetan.

Pero Rajoy, esta vez, no subiría a Armenteira. "Estará al llegar, lo que pasa es que como es festivo igual salió más tarde", afirmaba un hombre apostado a la entrada del Comercio. Pero cuando, pasadas las 10 de la mañana, el coche-patrulla de la Guardia Civil aparcado frente al bar arrancó y se marchó, pocas dudas quedaban ya de que Rajoy, esa vez, no cumpliría con su tradición de acercarse hasta la entrada de la iglesia del monasterio, dedicada a la conocida como "Virgen de las Cabezas" antes de sentarse a desayunar tranquilamente un café, un zumo de naranja, pan con aceite y algo de fruta. Posiblemente, a mitad de ruta, salió de la senda por alguna de las zonas en las que ésta se ve entroncada por las carreteras que llevan a las aldeas del entorno, como la de Couso.