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Pirámide demográfica

La edad media de los gallegos aumenta a 46,2 años, seis más que hace dos décadas

Galicia rebasa por primera vez los 46 años, seis más que hace dos décadas -Ames y Salceda de Caselas, los municipios más jóvenes

Galicia se hace vieja. El que su población de jubilados tenga cada vez más peso en la balanza provoca que la edad media de los gallegos se incremente en cada ejercicio, hasta el punto de que por primera vez el 1 de enero de 2015 se superó la barrera de los 46 años. En concreto, según los datos difundidos ayer por el Instituto Galego de Estatística, se han alcanzado los 46,2 años, casi seis más que dos décadas atrás, en 1995, pese a que entonces la comunidad entraba ya en la cuarentena al registrar 40,4 años.

Las cifras vuelven a dibujar una Galicia más añosa que el conjunto estatal (3,8 años más) y le proporcionan un lugar en el podio de las más veteranas, que comparte con Asturias (47,2 años) y Castilla y León (46,4). Aunque la situación no es homogénea porque no todas las áreas registran el mismo comportamiento, a tres cuartas partes de los concellos se les queda "joven" la media gallega. En seis de cada diez, el panorama es aún más negro, dado que sus habitantes han rebasado ya el medio siglo de vida.

Es la Galicia interior la que se lleva la peor parte. Las medias provincias de Lugo y Ourense se sitúan en los 49,2 y 49,8 años, respectivamente, tres años por encima de la cifra gallega. En Lugo, la tónica de los habitantes en el 80% de los concellos (54 de 67) es estar por encima de los 50 años mientras que en el caso de Ourense ascienden al 88% los concellos afectados por este grado de envejecimiento (81 de 92). Aún más: en ocho ayuntamientos de esta provincia, los habitantes de 50 resultarían jóvenes, ya que la media es de 60 o más. Ocurre así en O Irixo (con 60 justos), Lobeira (60,2), Verea (60,3), Calvos de Randín (60,4), Larouco (61,3), A Teixeira (61,4), Parada de Sil (61,7) y San Xoán de Río (62,2), que ostentaría el título de concello más envejecido de la comunidad.

En el extremo opuesto, los ayuntamientos que pueden presumir de una edad media más baja en la comunidad son Ames (A Coruña), limítrofe con Santiago, y Salceda de Caselas (Pontevedra), con 38,6 y 39,5 años de media, respectivamente. El resto de los concellos gallegos, hasta sumar 314, ha dejado de ser "treintañero", aunque 67 todavía manejen números por debajo de la media autonómica.

Si la balanza envejece hacia el interior, se rejuvenece en el eje atlántico, en las principales ciudades, los municipios que forman parte de su entorno, y que muchos escogen para vivir, zonas industriales y su contorno y áreas costeras. En esa línea, la provincia de Pontevedra es la más "joven" de Galicia: 44,3 años de media, que en A Coruña sube a 45,9. En lo que respecta a Pontevedra, solo cuatro de cada diez concellos (el 42%) son "mayores" que la media gallega y no llega al 20% (una docena de casos) el porcentaje de aquellos con poblaciones por encima de los 50 años. En A Coruña son mayoría (el 74%) los ayuntamientos que superan los 46,2 años. Además, la media aritmética de la edad de los habitantes rebasa el medio siglo de vida en 37 municipios.

Ambas provincias acaparan los primeros puestos de poblaciones menos envejecidas. Aparte de los ya mencionados Ames y Salceda de Caselas, integrarían ese ranking Oroso (40,6 años), Ponteareas y O Porriño (41) y Arteixo (41,1). A la par que Culleredo (41,4) irrumpiría un nombre ourensano, Barbadás (41,4 años), concello vecino de la capital.

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En lo tocante a las ciudades, y pese a los datos que apuntan al declive demográfico del interior, es Ferrol, ubicada en el Atlántico, la que sale peor parada, con 47,6 años. Todas las demás están por debajo de la media gallega y otra vez Pontevedra acapararía en ese ranking las poblaciones de menor edad: Vigo estaría en el segundo puesto, con 44,2 y Pontevedra, en el primero, con 42,9. Completan el escenario Ourense (45,8), A Coruña (45,7), Santiago (44,5) y Lugo (44,3), que destaca en una provincia en la que solo dos de los 67 municipios tienen una media de edad inferior a la autonómica (aparte de la ciudad de la Muralla, estaría Burela, con una media de 42,4).

La edad media sirve para reflejar cómo la población joven languidece, pero el IGE recoge otros parámetros que apuntan al mismo fenómeno y a la velocidad del progresivo envejecimiento. Uno de ellos es el índice de envejecimiento, que calcula el número de personas de 65 o más años por cada 100 personas menores de 20. En el caso de Galicia, ese índice es de 151,9 (casi el doble de 1995), pero alcanza cifras hasta ocho veces más altas en la provincia de Ourense, como ocurre en Parada de Sil (1.213,2), aunque la situación no es mucho mejor en Lobeira (1.208,6) o el conocido por su emigración a México, Avión (1.126,5).

Pero medir el peso de los jubilados no basta. La esperanza de vida se ha incrementado y en este grupo tienen cada vez más relevancia los que superan los 85 años. Con el índice de sobreenvejecimiento se refleja el número de personas de 85 o más años por cada cien de 65 o más. En el caso de Galicia el dato es de 16,5, (10,5 en 1995) pero la mayoría de los concellos supera esa cifra. Otra vez en Lugo y Ourense se localizan los índices más altos: Negueira de Muñiz (40,3) y Larouco (32,3).

Una de las razones por las que el declive demográfico preocupa a las autoridades es la sostenibilidad del sistema. En esa línea, el IGE también mide la capacidad de la sociedad para renovar la población activa. El último valor publicado para Galicia es de 161,2, es decir, explica el organismo estadístico, por cada 100 personas de entre 15 y 19 años hay 61 más de 60 a 64 años. Los datos del IGE permiten constatar que hay muy pocos concellos en Galicia donde ese recambio esté prácticamente garantizado, es decir, que ese índice esté por debajo de cien, y ninguno de ellos está en Lugo: en Pontevedra solo ocurre en Salceda de Caselas y Mondariz-Balneario; en Ourense, en Barbadás y Barco de Valdeorras y en A Coruña, en Ames.

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