Pese a su "inmensa gratitud" como ganadores del Premio da Cultura Galega en la modalidad de lengua y "el honor" de compartirlo "al lado de personas y entidades que admiramos", la Coordinadora Galega de Equipos de Normalización Lingüística no recogerá el galardón. Lo rechazan "porque consideramos una incongruencia aceptarlo de manos de un Gobierno que ha actuado, por obra u omisión, en contra de todos los principios que defendemos a favor de una normalización efectiva de la lengua".

La coordinadora comunicaba ayer su postura en un comunicado. "No es éste el lugar para hacer explícitos todos los motivos que nos llevaron a tomar esta decisión, que nos gustaría haber evitado -señalan-. Pero tal y como declararon en otra ocasión compañeras y compañeros de Prolingua [que también en 2011 optó por rechazar la distinción], juzgamos legítimo no aceptar ningún premio que venga hipotecado por agresiones contra la misma cultura que se finge exaltar con protocolario boato". Los equipos de Normalización Lingüística son claros: "No podemos ni queremos ser incoherentes, aceptando un galardón que nos entrega un Gobierno que ignoró de modo persistente todas las demandas que los sectores más comprometidos con la promoción del idioma llevamos solicitando desde hace años".

Tras dejar constancia de su gratitud al jurado", no por tener en cuenta nuestros méritos individuales, sino por poner de relieve la transcendencia social, cultural y pedagógica de la normalización lingüística", la entidad critica el "discurso anestésico" del actual Ejecutivo autonómico en lo relativo al idioma y los "también sectarismos ideológicos estériles e improductivos". El comunicado menciona expresamente al presidente Alberto Núñez Feijóo como responsable de un Gobierno que "fue el primero que legisló para limitar el uso del gallego en las materias tecnológicas y científicas en la enseñanza", el que "suprimió las líneas de gallego solicitadas por las familias en Educación Infantil" y el que "delegó la responsabilidad" de escoger la lengua de escolarización en los padres. "No nos presta vestir con traje de gala en tiempos que requieren ropa de faena", justifican su ausencia en la entrega.