El Producto Interior Bruto (PIB) y su evolución es, sin duda, uno de los indicadores de cabecera para expertos y gestores públicos. Pero también influye mucho más de lo que podría parecer en el bolsillo del consumidor. Primero, porque de nuestro gasto depende que crezca o no. Y porque, además, el PIB sirve para comparar la deuda de un territorio o su déficit y, por lo tanto, medir el desfase de las cuentas de las administraciones y establecer esas medidas de ajuste que afectan de lleno a la población; o marca la diferencia entre una región rica y pobre en el momento del reparto de fondos como los que vienen de Bruselas. En un intento de que el parámetro se acercara lo máximo posible a la realidad, la oficina estadística comunitaria, Eurostat, decidió que los 28 países de la UE incluyeran en su estimación el peso que tiene la economía ilegal. Nada fácil por las críticas que suscitó y el reto que suponía fijar el negocio que mueven la prostitución, el tráfico de drogas, el contrabando y el juego ilegal. Hasta 9.000 millones de euros en el caso de España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que supusieron un alza del 0,87% del PIB del conjunto del Estado. ¿Y en Galicia? El Instituto Galego de Estadística (IGE) ya tiene su cálculo y el resultado arroja un peso ligeramente superior de todas estas actividades. Son 514 millones de euros, que dejan un incremento de la economía regional del 0,92%.
La actualización del sistema con el que los organismos estadísticos evalúan el PIB no se ciñó únicamente a la incorporación de la economía ilegal. Hubo más novedades. La más importante en repercusión para Galicia fueron los cambios metodológicos, donde se incluyen el gasto en I+D y en sistemas de armamento. Hasta ahora ambos se recogían como consumos intermedios -a modo de materias primas en la cadena hacia un producto final-, pero a partir de ahora se consideran formación bruta de capital. O, lo que es lo mismo, inversión de las empresas. El IGE cuantifica la partida en 528 millones de euros, lo que provoca un aumento de la economía regional de cerca de un punto. El 0,95%. En el total nacional representa el 1,55%, gracias sobre todo a la capitalización del gasto en investigación y desarrollo, que por sí solo aúpa el PIB un 1,17%.
Entre las actividades ilegales y el desembolso en I+D y armamento, el PIB gallego debería haber engordado en 1.042 millones de euros. La tercera pata de la renovación del método de cálculo, sin embargo, frena el incremento. Los cambios estadísticos en sí mismos, fruto, como explica el IGE, de "nuevas fuentes de información y mejoras en los procesos de estimación" y que en la comunidad concentran "los principales cambios cuantitativos". El sistema tiene en cuenta las actualizaciones de la Encuesta de Población Activa (EPA) y la de Presupuestos Familiares; la nueva información sobre el sector primario, comercio, audiovisual -para el que el IGE elaboró una encuesta- y las administraciones públicas; la renovación de los cálculos sobre el sector del transporte y la actividad investigadora de las universidades; y la también revisión de las fuentes estadísticas y las cuentas de la construcción. "En este proceso -recalca la Consellería de Facenda- se realizan contrastes continuos de la información de Galicia con la información que el INE elabora para España".
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Todas estas actualizaciones tiraron hacia abajo de la economía gallega. La redujeron en 612 millones de euros, un 1,1% del PIB, aminorando en buena parte el aumento registrado por las otras dos vías. La revisión del PIB al completo se cerró, según el IGE, con una subida del PIB de 430 millones de euros, un 0,77%. El desenlace no alcanza ni siquiera el 1,1% que el INE llegó a calcular para Galicia el pasado mes de diciembre. El dato entonces no gustó nada en Facenda, que emitió un comunicado en el que tachó de "incongruentes" los números del organismo estadístico nacional y avanzó que pediría explicaciones.
Finalmente, la repercusión de la revisión del PIB en Galicia es tres veces menor de lo que inicialmente preveía la Xunta -que habló de unos 1.500 millones de euros- y se sitúa entre los crecimientos más bajos del país, que experimentó un aumento del 3,4%. En Castilla-La Mancha, Madrid o Melilla se supera incluso el 5% -según el INE-, y solo otras tres autonomías rondan los niveles de Galicia: Murcia (0,7%), La Rioja (0,55) y Cantabria (0,4%).
