Las últimas 24 horas de Juan Carlos Escotet son de vértigo. El salto desde el otro lado del mundo ante la confirmación apresurada como nuevo dueño de Novagalicia, una larga sesión de trabajo hasta las cuatro de la mañana y visitas ayer ya en San Caetano para presentar un proyecto que encaja a la perfección con las aspiraciones de Feijóo. Pero el presidente de Banesco está acostumbrado a rodar por los ochos países donde el grupo tiene sus pies y al equilibrio político en su dialéctica cruzada con el Gobierno venezolano. Dice que se rió con toda la polvareda de posibles preocupaciones, "que no existen", sobre las injerencias de Maduro, el heredero de Chávez. Y manda un mensaje a todos los que se preguntan si NCG vale realmente 1.003 millones de euros. "Estamos muy tranquilos". Hace quince días aseguró, rotundo, que iba "a ganar". "Cuando se hacen las cosas con convicción y mucha técnica -reflexiona ahora- se construye la confianza".

-Vamos, que no le sorprende tanto como al sector y buena parte de la sociedad gallega.

-Lo digo con mucha humildad. Conocíamos la estatura de nuestros competidores, las instituciones más potentes, no solo de España sino del mundo, muy técnicos y profesionales. Era un reto gigante, ante lo que uno se tiene que preparar mejor. Hicimos un trabajo técnico de filigrana, mucho estudio para estar completamente seguros de que era un buen negocio. Y después sí, las comparativas que siempre salen en estos procesos, tratarse de poner en la capacidades del otro y construir una oferta competitiva. Fue lo que hicimos y por eso apostamos para que pudiera darse en la primera vuelta.

-¿Y arriesgada? EL FROB admite que hay pérdidas posibles de 1.000 millones. Lo que ustedes ponen.

-Efectivamente estimamos que va a haber pérdidas adicionales, hemos calculado la solvencia del banco para asegurarnos una adecuada cobertura y en medio tendremos la necesidad de alguna inyección de capital, a finales del año dos, o principio del tres. Eso está en nuestro análisis y en la oferta. Ahora bien, por supuesto que trataremos que sea lo mínimo posible y va a depender mucho de nuestra capacidad de gestionarlo. El hecho de que el capital humano, invalorable, tenga la certeza de que la institución tiene futuro cambia la dinámica de la institución. La magnitud de las pérdidas depende mucho más de la capacidad de gestionar el legacy (el negocio a desinvertir por mandato de Bruselas), eso lo tenemos suficientemente claro, y estamos trabajando intensamente para acelerar básicamente lo que Bruselas estableció desde el principio. Es conveniente mantener en lo sustantivo ese programa y ejecutarlo. Dependiendo de la habilidad con la que lo hagamos esos números podrán variar considerablemente.

-Pero según el term sheet, todavía faltaría parte del ajuste de empleo y sucursales.

-La gente está acogiéndose a lo que falta del ERE voluntario por ejecutar. La máxima reducción se hizo ya ahí, en el legacy, más de 1.100 personas, de manera que solo lo que está contemplado en el ERE voluntario da para resolverlo. No va a haber prácticamente mayores impactos sobre el empleo.

-¿Y en oficinas?

-El solapamiento es francamente mínimo. De las 120 oficinas del Etcheverría, 70 vienen de NCG.

-Lo que sí supone es una limitación para crecer.

-El crecimiento está totalmente permitido en el core bancario (la zona donde tiene que centrarse el banco) y es ahí justamente donde apostamos por crecer y con la capacidad que tenemos podemos plantearnos crecimientos importantes.

-¿Se llamará Etcheverría Grupo Banesco?

-Vocacional y emocionalmente, sí, es lo que nos a encantaría preservar. La marca está próxima a cumplir los 300 años. Pero es una decisión que hay que tomar con un buen estudio de mercado que vamos a hacer. La característica distintiva de esa decisión tiene que estar fundamentalmente en que se preserve la identidad gallega. Galicia debe estar convencida de que el banco sigue siendo gallego de ADN, corazón y vocación estratégica.

-Con la sede social en Betanzos, ya lo han confirmado, ¿hay espacio para dos cosedes de negocio en Vigo y A Coruña?

-La potencia de Novagalicia permite tener volumen de negocio y presencia suficiente para justificar ambas sedes. Que sean rentables y productivas, que al fin y al cabo es la decisión que debe primar en todo esto. Las decisiones serán racionales, basadas en la eficiencia, que es donde vamos a trabajar con profundidad. No vemos ninguna razón para cambiarlo.

-Precisamente por eficiencia NCG tuvo que presentar un plan de racionalización de sedes.

-Ese plan ya se llevó a cabo en personal prácticamente en su totalidad. Siempre habrá espacio para incorporar más eficiencia. Pero hay dos formas de lograrlo. Por la reducción pura y dura de los costos o por la vía de los ingresos. Y ese volumen de negocio puede justificar que no tengamos que hacer reducciones.

-¿La valoración de los fallidos son 100 millones?

-La valoración no se puede descomponer de la oferta y no puedo decir cuánto exactamente porque no conviene decirlo.

-¿Le sacarán partido?

-Estamos en negociación ya, donde sí pensamos efectivamente en sacar algún partido. Más que nada por el tiempo que podrán tener los posibles interesados para poder hacer la debida due diligence sobre la calidad.

-Dijo que desde el "día uno" tras la venta, serían "los más ingeniosos". ¿Cómo? Galicia es un mercado feroz en estos momentos.

-La base primaria de la imaginación tiene que apostar, sencillamente, por la eficiencia y la productividad. ¡Y ahí tenemos tanto espacio para desarrollar que tendremos trabajo para los próximos meses! Lo otro, aunque parezca básica la respuesta, es nuestra vocación de estar cerca de la gente y demostrarlo con respuestas oportunas, rápidas, al lado de los clientes, buena gerencia y control de riesgos para atender la demanda crediticita de la manera adecuada y sin tomar posiciones de riesgo. Solamente haciendo lo básico de la banca, lo inmediato, bien, hay un espacio enorme para crecer. Galicia necesita y se merece, mejor banca.

-La diferencia de tamaño, el doble NCG que Banesco, ¿no es un riesgo?

-No. No estamos haciendo una exportación de talento, que lo tenemos en Galicia. El principal reto para gestionar una entidad es justamente el capital humano y aquí tenemos el lujo de hasta poder escoger. En segundo lugar, tenemos una amplísima experiencia en fusiones, 10 con nuestras 18 marcas. La organización mantiene una fuerte estructura de gobierno corporativo, que no difiere mucho de la que ahora dispone el Etcheverría. El encaje no será muy distinto al que vivimos con las oficinas compradas a Novagalicia. El proceso transformacional será ejemplar.

-La competencia apunta a sus raíces venezolanas y el supuesto riesgo de nacionalización con Maduro. ¿Qué le parece?

-Con todo eso me he reído un poco. Quien hace una afirmación así desconoce cuál es nuestra estructura. Banesco Corporación Holding Hispania es la dueña de forma individual en todos los países en los que tenemos presencia, y a su vez posee otro holding propietario en cada uno. Eso asegura estanqueidad y la facilidad de gestionar el portfolio de manera independiente y separada, de forma que lo que pase en cada país, no afecta al otro. Esa es la razón técnica. La real es que el Gobierno venezolano ha modificado la ley de bancos en varios oportunidades, una reciente, y en todas ha declarado que el modelo del sistema bancario es mixto. La banca pública convive perfectamente con la privada. Los últimos 15 años lo demuestran. No tenemos ninguna inquietud.