Las nuevas mediciones realizadas en el incendio forestal de Oia-O Rosal (Pontevedra) elevan la superficie calcinada hasta 1.850 hectáreas, según informa la Consellería de Medio Rural e do Mar.

El fuego que afecta al Baixo Miño permanece sin estar controlado por los servicios de extinción, aunque sí estabilizado. El viento dificulta las labores al provocar nuevos rebrotes dentro de la zona perimetrada de este incendio que comenzó a las 18:45 horas del lunes en la parroquia de Burgueira y que acabó extendiéndose hasta los concellos de Tomiño y O Rosal.

En este fuego se decretó el nivel 1 de alerta a las 22:45 horas del pasado lunes como medida preventiva por la proximidad a varios núcleros poblacionales y fue desactivado esta mañana.

En las tareas para controlar el incendio participan cuatro técnicos, 32 agentes, 62 brigadas, 43 motobombas, 11 palas, 13 helicópteros y siete aviones. También trabajan en la zona efectivos de la Unidad Militar de Emerxencias (UME).

Por otro lado, la Xunta de Galicia ha dado por controlado alrededor de las 20:00 horas el fuego iniciado en la noche del martes en la parroquia de Palmeira, en el municipio coruñés de Ribeira. Además, Medio Rural desactivó a primera hora de la tarde el nivel 1 de alerta que se decretó por la proximidad de las llamas a las casas.

El fuego de Ribeira ha calcinado unas 175 hectáreas, según la estimación provisional. Obligó a desalojar a unas 400 personas durante la noche del martes, según el alcalde de la villa, debido a su proximidad al polígono industrial y a una decena de casas. Además, por la cercanía de las llamas fue necesario cortar también la autovía de O Barbanza, que en la mañana de este miércoles ya se abrió al tráfico.

En su control trabajan un técnico, 21 agentes forestales, 26 brigadas, 19 motobombas, cuatro palas, seis helicópteros y dos aviones.