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Alianza pionera en la diáspora gallega

Por primera vez en democracia se fusionan quince casas gallegas - La Xunta, que medió en el pacto, dice que las entidades ubicadas en Cataluña no perderán entidad jurídica

Alianza pionera en la diáspora gallega

Del dicho al hecho hubo un trecho. En concreto, tres años han pasado desde que la Xunta gobernada por Alberto Núñez Feijóo animó a los centros gallegos en el exterior a fusionarse para superar dos de las principales amenazas que atenazaban su futuro: el envejecimiento de sus socios y su viabilidad económica. Desde aquella llamada "urgente" y siempre apelando a la voluntariedad en el proceso, la crisis ha arreciado y las entidades de la diáspora gallega se han decidido. Aunque están todavía sentados en la mesa de negociación centros de Buenos Aires, Montevideo o La Habana, lugares emblemáticos de la emigración de ultramar, han sido los ubicados en Cataluña los primeros en otorgar el sí quiero a la fusión.

A la escenificación oficial de una alianza pionera en la historia de la democracia -no consta ninguna unión entre centros gallegos posterior a los años 70- asistió Alberto Núñez Feijóo, el presidente de una Xunta que actuó de mediadora en el proceso y que además se compromete, aparte de ofrecer su "compañía" y su "respaldo", a apoyar a las entidades que suscribieron ayer el convenio de colaboración garantizándoles la media de subvenciones recibidas en los últimos tres años desde la Secretaría Xeral de Emigración.

En el acto de ayer -que Feijóo prevé el primero de una serie en la que se incluirán entidades en Alemania, Cuba, Venezuela y Argentina- estrecharon sus manos quince entidades gallegas en Cataluña, que ponen la primera piedra para un proceso de fusión que está previsto que culmine en noviembre de este año con la constitución de tres nuevas agrupaciones: el Centro Galego de Barcelona: Casa Galicia de Barcelona e Provincia; la Asociación de Centros e Casas Galegas de Cataluña y la Xuntanza de Asociacións Galegas en Cataluña.

El proceso en el que se embarcan "no significa que pierdan su entidad jurídica", recuerdan desde la Xunta, pero tiene ventajas. Las oportunidades de estas uniones las proclamó ayer el titular del Ejecutivo autonómico -que acudió a la firma del convenio tras un acto en Barcelona Tribuna-: "Para ser viables es buena la unidad de las entidades más pequeñas con otras que tienen más posibilidades de espacios, más socios y más actividad". "Porque la viabilidad es la primera garantía de vuestra continuidad", sentenció ante los asistentes.

En la actualidad, existen unos 300 centros gallegos repartidos en más de un centenar de países. La Lei de Galeguidade de la Xunta buscó desde el principio promover su "unión, fusión o cooperación" -incluso premiando estas iniciativa dándoles prioridad en la concesión de ayudas- para garantizar su "supervivencia".

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