Se dice que el sentido común es el menos común de los sentidos. Sin embargo, el alcalde del Ayuntamiento de Rodeiro presume de tenerlo, al menos en lo que toca a las cuentas del municipio. "Aquí se aplicó el sentido común y simplemente no se gastó ni un solo euro más de lo que se ingresó", asegura el regidor, Luis López, del PP. Por supuesto, añade, también resultó de una gran ayuda un "plan económico" elaborado precisamente para poner las cuentas a cero. "Además, en años anteriores tampoco pudieron contraer deuda, lo que fue nuestra salvación", reconoce, porque no habían hecho presupuestos desde 2007.

Pero "no es fácil" ajustar las cuentas: "Hay mucho trabajo de gestión y de priorizar. Aquí se aplica esa política, y ningún vecino puede decir que se está ahorrando en esto y malgastando en eso otro", proclama López, quien se acuerda de la fecha exacta en la que las cuentas cuadraron: el 14 de marzo de 2012. "Lo recuerdo porque al día siguiente acababa el plazo para el pago a proveedores y nosotros ya habíamos saldado la deuda, y eso que teníamos facturas de 2008, 2009, 2010...", explica López.

Los planes para el futuro de este alcalde contemplar la necesidad de seguir en la misma línea. "Mi intención es seguir así. Yo procedo de la empresa privada y esto lo concibo como una empresa, con los mismos criterios, y ya me dicen que miro más por el concello que por mí; es como mi casa", sostiene. "Un euro del concello es peor que si fuese mío. Lo gestiono mejor", añade. Y eso que tiene una fuente de ingresos segura: el parque eólico. Incluso así, se declara "partidario desde siempre de guardar para las vacas flacas".

Entre las medidas de ahorro, que permiten que el pago a proveedores se realice, destaca, "en muchos casos a menos de 30 días", están el prescindir de gastos "superfluos" y vigilar los suministros, incluso cambiando las fotocopiadoras "porque consumían mucho tóner". "Si no se controlan, puede haber un gasto desorbitado, y eso lo llevo yo personalmente", afirma.

La electricidad, el seguro del coche, el gas, el móvil, el supermercado... En internet, algunas páginas sugieren que mirando con lupa todos estos gastos y buscando y comparando, un hogar puede ahorrar hasta 1.500 euros al año. Algo parecido, pero a otra escala, porque "gestionar un concello es como llevar una casa", es la estrategia del Ayuntamiento de Cuntis, dirigido por el popular Antonio Pena, que, hasta el año pasado, engrosaba la lista de morosos por sus deudas con los proveedores. A finales de 2012, sus esfuerzos dieron resultado. Gracias a "revisar los contratos de suministros o proveedores para economizar e intentar pagar". Además, añade, del plan de inversiones de la Diputación, que permitió destinar una partida para pagar a proveedores.

La deuda del concello no solo lastraba sus cuentas, sino la de sus vecinos, ya que las pymes con las que el consistorio tenía deudas eran locales. "Lo más sangrante era que las deudas eran con empresas de Cuntis y recibíamos a diario visitas de vecinos pidiéndonos que a ver si les podíamos pagar; ahora conseguimos hacerlo en menos de 90 días", explica Pena. "Todos sabemos lo que es tener una empresa pequeña", alega, en la que 18.000 euros de deuda, por ejemplo, pueden suponer todo su capital social.

No obstante, reconoce que algunas de las medidas que tomó para sanear las cuentas, como contar con la coparticipación económica de los vecinos -seis euros por cabeza- para un taller destinado a mujeres rurales, "no" le "gustó". Pero "había que hacer pequeñas cosas para al final tener la liquidez suficiente para poder pagar".

"Cuando llegamos al gobierno teníamos una deuda de 480.000 euros", explica, y hubo que "revisar cada contrato" para juntar el dinero para anularla. "Solo en teléfono logramos ahorrar unos 8.000 euros al año, y eso es mucho", señala.

Una de las principales preocupaciones de Pena es "evitar endeudarse". "No es momento de grandes infraestructuras, sino de estar al lado de la gente, y la obra se deja un poco más de lado", reconoce.

"Cuntis es un concello pequeño, sin una gran industria, y hay que economizar lo que se tiene, hay que intentar apretar un poco el cinturón y eso fue lo que hicimos", concluye el regidor.