"Esto es peor que Chipre", clamaba ayer en Silleda uno de los manifestantes, con sus ahorros atrapados en las participaciones preferentes y comparando su situación con la quita que la UE quiere imponer a los ahorradores de este país. No era el único grito de desesperación que se escuchó, un día después de que el FROB anunciase un descuento medio del 43% para las preferentes de NCG, del 41% para las subordinadas perpetuas y del 22 para la subordinada con vencimiento, sin concretar el recorte exacto por emisión y agravando el estado de ánimo de los afectados al anunciar una rebaja adicional cuando canjeen sus títulos por dinero en efectivo.

"Mi marido no tiene trabajo y me van a quitar la mitad de mi dinero", lloraba Begoña Estévez, una vecina de Vigo, que ayer se fue a Pontevedra y luego a Silleda a manifestar su indignación y exigir soluciones políticas a los dirigentes del PP.

"Es una estafa. Mi hija iba a abrir un pequeño negocio y no puede porque nuestros ahorros nos los metieron en preferentes", denunciaba Carlos Míguez, de Redondela.

"Me han robado lo que ahorré trabajando en el mar y cuidando ovejas. Seguiremos con las protestas, pero no como hasta ahora, sino peor", advirtió José García, de Vigo.

Más historias como éstas podían escucharse ayer entre los centenares de afectados que en Pontevedra y en Silleda salieron a la calle para dejar claro: "No somos ni de izquierda, ni de derecha, somos de abajo y vamos por los de arriba. Queremos nuestro dinero". Así rezaba la pancarta que lideraba la marcha de la ciudad del Lérez, donde medio millar de afectados denunciaron "el expolio de sus ahorros".

A la protesta de Pontevedra acudieron dirigentes del PSOE, AGE y BNG. En esta marcha, se estrenaba como nuevo portavoz nacional de la formación frentista, Xavier Vence.

La mayoría de los que pasearon por Pontevedra su rabia se fueron luego en autobús a Silleda, a donde el PP trasladó su congreso provincial para evitar el boicot al cónclave y que inicialmente, paradojas de la vida, se iba a celebrar en el centro sociocultura de Novacaixagalicia, en pleno centro de la ciudad.

La elección del recinto ferial permitió a los populares un congreso tranquilo, pues los manifestaban no pudieron acercarse al edificio donde un millar de compromisarios votaban a Rafael Louzán.

Un helicóptero

El enorme despliegue policial, incluido un helicóptero sobrevolando la zona, y la disposición del recinto ferial impidieron a los afectados hacerse escuchar., pero se dejaron ver en los alrededores. Llevaron su frustación hasta Silleda, aunque lo que tuvieran en frente fueron las caras de los guardias civiles allí apostados y que previamente habían cerrado todos los accesos a la sede del congreso y habían vallado y acordonado zonas de monte para evitar que nadie se colara en el interior. También controlaron los accesos al recinto ferial, tanto desde la N-525, como desde la autopista o las calles aledañas.

La destacada presencia policial molestó a los manifestantes, que se concentraron en cinco puntos diferentes del recinto, lo que hacía difícil calcular su presencia: "Nosotros no hemos robado nada, somos gente normal a la que nos han dejado sin un duro", gritaba una vecina de Gondomar a un agente.

Un detenido

Se vivieron momentos de tensión, que no pasaron a mayores. Derribaron vallas y destrozaron un cierre metálico del recinto ferial, pero los agentes lograron frenar el avance. Un joven fue detenido por arrojar agua a un guardia civil desde una lata de combustible. Y una mujer fue evacuada en una ambulancia, tras sufrir una crisis de ansiedad.

El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello, se encargó personalmente de coordinar el dispostivo de seguridad que convirtió el recinto ferial en un búnker para políticos.