La banca española, de acuerdo con los cálculos de Mckinsey Global Institute, continuó endeudándose después del pistoletazo de salida de la crisis financiera. Cayó Lehman Brothers en septiembre de 2008 y no fue hasta junio de 2009, cuando empezó la limpieza. Ahí aterrizó el primer cambio normativo, que facilitaría la integración masiva entre cajas de ahorros. Desde entonces, el sector no ha dejado de reestructurarse. De encogerse. De adaptarse a tres reales decretos que han hecho bailar a las entidades entre las fusiones, las intervenciones o las alianzas más o menos estratégicas.

De las más de 40 compañías crediticias españolas quedará sólo un manojo. El decreto de saneamiento financiero, que aspira a limpiar los balances de los restos del cemento y el andamio engullidos por bancos y cajas, finiquitará este proceso de cambios permanentes. Se despeja el camino y se da fin, parece, la afamada reestructuración financiera española.

Entre tanto vaivén el sector asume la lógica de lo natural: Hay entidades que nacen, las hay que se revuelven para mantenerse y otras que se quedan por el camino.

- La gran apuesta de un exministro. Bankia nació con la intención de limpiar de maleza el camino de las cajas hacia su privatización. Bajo la presidencia del ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, se creó una entidad con más de 300.000 millones de euros en volumen de activos. El hecho de que sea tan grande preocupa en el sector, como así lo han manifestado a FARO expertos consultados. Para hacer frente al saneamiento inmobiliario necesita generar 2.627 millones de euros. ¿Y cómo? La entidad asegura que podrá cumplir con las exigencias mediante la venta de activos, el canje de preferentes o la generación de resultados. Las mismas fuentes expertas dudan de la capacidad de hacer frente a tamaño esfuerzo teniendo en cuenta la "sequía" de capital inversor y la "desconfianza" que aún se cierne sobre Bankia.

- La primera nacionalizada en caer. Unnim fue, junto con Catalunya Banc y Novagalicia, una de las entidades nacionalizadas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) el pasado septiembre. Recibió 568 millones del erario público a cambio de su control. Fue tasada por un euro. Ese mismo precio fue el que pagó el BBVA por su compra, anunciada el 7 de marzo. El banco que preside el gallego Francisco González recibirá del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) 953 millones para digerir la absorción. El coste íntegro de la operación será sufragado, por tanto, por las arcas públicas. La inmensa mayoría de las futuras pérdidas, y por un plazo de diez años, serán cubiertas por el Fondo de Garantía. Antes el FGD estaba destinado a cubrir las pérdidas de los clientes, hasta un máximo de 100.000 por persona y cuenta. La reestructuración también ha cambiado eso.

- Alimento para un gigante. El margen de explotación, el mejor indicador del negocio bancario, cayó casi un 43% en el balance anual de Banca Cívica. La caída de la actividad abrió una pequeña brecha en sus perspectivas de futuro. El 13 de marzo la compañía reconoció que estaban evaluando la posibilidad de integrarse en CaixaBank, un coloso en términos de solvencia, cartera de participadas y volumen de activos. Ese tanteo inicial se consumó en la compra, por parte de la compañía catalana, de Banca Cívica. El precio, 980 millones de euros. CaixaBank fue severa en su valoración e impuso a los accionistas de Cívica una rebaja del 27% sobre sus títulos. La integración de ambas ha generado la conversión de la catalana en la mayor entidad por volumen de activos en España. El coste de la unión y el saneamiento del ladrillo no consumirá fondos públicos.

- Sucesores de Banesto. La reestructuración del sector financiero no afectó sólo a las cajas de ahorros. Banco de Valencia fue la tercera entidad intervenida desde el inicio de la actual crisis, tras Caja Castilla-La Mancha (CCM) y Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Se convirtió, también, en el primer banco intervenido desde el caso de Banesto, acontecido el día de los Santos Inocentes de 1993.

El 21 de diciembre el FROB tomó el control de la entidad. Las cuentas relativas a 2011 no dejaban lugar a dudas. Las pérdidas fueron de 886,8 millones de euros, frente a los beneficios de 67 millones del año anterior. Los gastos de personal, pese a la caída de todos los márgenes de negocio, aumentaron en cuatro millones de euros durante 2011.

La compañía será subastada de manera "inminente". Su venta dejará en dique seco el Fondo de Garantía de Depósitos, que tiene actualmente menos de 2.000 millones de euros en fondos. Según apuntaron fuentes de la Asociación Española de Banca (AEB) hay "posibilidades" de que el FGD reciba dinero del FROB en calidad de préstamos. No obstante, y a preguntas de FARO, matizaron que "es una opción que dependerá del Gobierno".

- Más movimientos. Unicaja junto a Caja España-Duero, Ibercaja con Caja3 han protagonizado los últimos movimientos de integración. Pero además de estas fusiones ya anunciadas, la banca espera que en las próximas semanas se produzcan más fusiones, especialmente en las entidades de menor tamaño. Así por ejemplo, el grupo BMN, liderado por Caja Murcia y Caja Granada, o Liberbank, son los que más papeletas tienen para protagonizar nuevas fusiones porque dejan la puerta abierta a ello, aunque plantean como primera opción seguir en solitario y captar en este año 1.000 y unos 840 millones, respectivamente, recoge la agencia "Efe".

- Una que se rinde. Cuando se produjeron las primeras fusiones en el sector proliferaban voces contra las uniones intrarregionales, esto es, las que unió cajas de la misma comunidad autónoma. La Xunta apeló a un trato de igualdad con las catalanas, especialmente con CatalunyaCaixa. Este grupo perdió 1.335 millones en 2011 al adelantar 1.505 millones para sanear una parte de su exposición al riesgo promotor y activos inmobiliarios. Ante la perspectiva de tener que provisionar otros 1.600 millones, y sometida a la nacionalización por parte del FROB, Catalunya Banc se ha rendido. La entidad pidió su subasta ante la imposibilidad de seguir superando los retos.