Pachi Vázquez abandonó ayer el 12º Congreso Nacional del PSdeG con un nuevo equipo con representación de todos los territorios, pero no de todas las sensibilidades. El secretario xeral diseñó una ejecutiva en la que refuerza a Pablo García como número dos, crea cuatro Secretarías de Coordinación como núcleo duro, premia a los fieles, especialmente a los críticos en Pontevedra con Modesto Pose, y cierra el paso a la integración de los partidarios de Elena Espinosa. En el órgano de dirección se sentarán los ganadores.

Vázquez prometió "unidad e integración" en su discurso del sábado, pero la nueva dirección del PSdeG excluye a sus rivales de la misma manera que Alfredo Pérez Rubalcaba prescindió de los partidarios de Carme Chacón en la suya. Dos son las diferencias entre ambas. La primera estriba en la cercanía de las elecciones autonómicas y en las primarias en que se elegirá al candidato: sin integración, la cooperación en la cita electoral puede ser más tibia, sobre todo si se confirma que los críticos serán también excluidos de las listas; la segunda, en la cercanía de los congresos provinciales, donde podría haber también lucha entre los bandos ganador y perdedor.

Un apoyo de 265 votos

Los votos evidenciaron la fractura existente en las filas socialistas, pues Vázquez sacó adelante la estructura directiva con el respaldo del 68% de los delegados acreditados. La cifra admite matices, pues la lista recibió 265 votos de los 387 emitidos con 117 abstenciones: un 57,6% y apenas 20 papeletas más que el día anterior.

La nueva Comisión Executiva Nacional Galega tiene 46 miembros (24 secretarios y 22 vocales), dos más que la de 1997 por lo que se convierte en la más numerosa de su historia, y muy renovadora: solo repiten nueve, dos de ellos vocales. En su cúpula destaca el presidente del partido, Xosé López Orozco, alcalde de Lugo; un número dos reforzado como secretario de Organización y además Acción Electoral, Pablo García; y cuatro piezas clave al frente de las Secretarías de Coordinación, con un representante por provincia: Carmen Gallego, por Pontevedra al frente de Promoción Económica e Emprego; Laura Seara por Ourense de Institucional e Participación; Francisco Caamaño, por A Coruña, de Política, Ideas e Programas; y Margarita Pérez Herraiz por Lugo de Benestar.

Pontevedra sale del congreso como provincia más representada, con 9 de los 24 secretarios. Vázquez premió a los miembros críticos en los últimos tiempos con Modesto Pose, secretario provincial y uno de los avales de la candidatura alternativa de Elena Espinosa. Así, su exnúmero dos, Luis Piña, se sienta en la ejecutiva como secretario de Ordenación do Territorio, Infraestructuras e Mobilidade; al igual que la diputada Carmen Cajide (Igualdade) y Juan Manuel Civeira (Emprego): los tres dimitieron de la ejecutiva de Pose. A ellos se unen Ana Doval (Medio Rural), Marta Freire (Pesca) o Marta Giráldez (Dereitos e Liberdades), que encabezó la lista alternativa al aún secretario provincial en el congresillo para el cónclave nacional de Sevilla. Esta maniobra evidencia el asalto de Pachi Vázquez, con Pablo García de ariete, a la secretaría provincial.

Destaca la ausencia del núcleo duro de Vigo, cuyo alcalde, Abel Caballero, también fue uno de los avales de Espinosa y que se marcha del congreso como uno de los derrotados, al igual que el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez. De cinco miembros de su entorno en la anterior ejecutiva la ciudad pasa a dos, si bien no del círculo de Caballero: María Xosé Porteiro –que no asistió al cónclave por enfermedad– y el exsubdelegado del Gobierno en la provincia, Delfín Fernández, como secretaria de Cultura y vocal, respectivamente. La brecha entre Vázquez y el eje urbano atlántico (A Coruña, Ferrol, Pontevedra y Vilagarcía más Ourense) será una de las claves en la evolución interna del partido, pues son feudos donde el PSdeG debe aspirar a crecer en votos en las autonómicas.

También aparece en la ejecutiva el vigués Abel Losada como miembro nato en calidad de portavoz parlamentario, como José Ramón Besteiro, presidente de la Diputación de Lugo; y a Alfredo García, vicepresidente de la Fegamp.

En el caso de Lugo, entran en la ejecutiva Margarita Pérez, Luis Ángel Lago Lage (Política Municipal), Miguel Ángel Fernández (Sanidade) y Luís Rodríguez Edrosa (Emprego). La presencia de la primera, cercana a Besteiro, abre grandes incógnitas sobre el papel de este, al que se le presuponía su respaldo a Espinosa. Sin embargo, su negociación con Ricardo Varela, secretario provincial y muñidor del resultado en Lugo, provocó que Herraiz, exdiputada, se convirtió en la representación de Lugo en el núcleo duro del PSdeG.

En el caso de Ourense y A Coruña las quinielas eran claras a favor de Seara y Caamaño, que tras meses en boca de los críticos, selló una alianza con Salvador Fernández Moreda a favor de Vázquez que lo deja en inmejorable posición para ser secretario provincial. Ourense logra 4 de las 24 secretarías ejecutivas y A Coruña seis.

Caamaño y Besteiro acaparan las miradas como posibles candidatos a las primarias

La atención de los socialistas se situaba ayer en los inminentes congresos provinciales, si bien son las primarias las que despiertan verdadera expectación. Pachi Vázquez desea ser candidato, aunque no descarta que sean otros quienes den el paso. Quizás por ello, los nombres de Francisco Caamaño y el propio Besteiro salieron en boca de los militantes como opciones más claras a competir por el puesto.

Los militantes abandonaron Santiago con esa idea, pero también dándole vueltas a la situación de Lugo. Las prisas por presentar una alternativa a Vázquez provocaron una fractura en la provincia y obligó a sus protagonistas a comenzar una tarea para recuperar su alianza.

José Blanco, exministro de Fomento, se llevó cierto disgusto personal al comprobar cómo Orozco, que fue su profesor cuando era joven, se decantaba por Vázquez junto a Ricardo Varela, secretario provincial.

El problema, admiten fuentes socialistas, surgió de la amalgama de dirigentes embarcados en el bando de Espinosa, que apoyó en bloque a Carme Chacón frente a Rubalcaba en el Congreso de Sevilla, en contra del voto de Vázquez, Orozco, Varela... y el propio Blanco. La falta de tiempo para explicar su posición es señalada como uno de los motivos del desencuentro final, así como la de postura de Besteiro. Los críticos sostienen que este jugó "un doble juego" y que "no presionó". Sin embargo, quizás necesite el apoyo de Blanco frente a Caamaño. El debate en el PSdeG no se ha cerrado.