Los nervios aumentan en el seno del BNG ante una cita que marcará su rumbo los próximos años. Unos 5.300 militantes han solicitado su participación en la Asamblea Nacional, dos mil más que en las citas anteriores, lo que aumenta la incertidumbre sobre el resultado. Las candidaturas con opciones de hacerse con el timón del nacionalismo son conscientes de la importancia de llegar a cada militante. Y ello ha generado un encontronazo. Máis Galiza, que se presenta aliada con los irmandiños, denuncia que la UPG, a través de la dirección actual del Bloque, ha bloqueado su acceso al censo de participantes en la asamblea, entorpeciendo su campaña entre los indecisos, claves en el resultado.

La corriente de Aymerich mostró sus quejas, según fuentes nacionalistas, en la reunión de la comisión organizadora que tuvo lugar el miércoles, alegando que la lista de Alternativa pola Unidade (ApU), liderada por la UPG, sí había tenido acceso a esos datos y ya había contactado con muchos de los militantes. "Nosotros no hemos podido y ahora ya no tenemos tiempo", se quejan desde Máis Galiza.

La dirección del BNG niega con rotundidad los hechos y sostiene que las tres candidaturas que se presentan –las dos citadas más la de Movemento Galego ao Socialismo– tendrían acceso ayer al censo cumpliendo los plazos previstos.

El nivel de participación será determinante a la hora de balancear el resultado hacia un lado u otro. De ahí la importancia de contactar con cada militante, especialmente los independientes, que representan la gran mayoría del BNG.

Máis Galiza e irmandiños creen que una gran participación aumentaría sus posibilidades de victoria. Desde ApU consideran erróneo el análisis. "Pensar que si asisten 3.500 beneficia a ApU y que si participan más de 4.500 beneficia al resto es algo simplista", apuntan fuentes de la UPG integradas en esta lista.

Mientras de puertas para dentro aumentan los nervios ante la asamblea de este fin de semana, hacia fuera el tono de las dos principales candidaturas rebaja el tono, conscientes de la necesidad de recomponer la unidad a partir del lunes y afrontar la gestión del día a día. "El lunes hay reunión del grupo parlamentario, tendrán que hablarse los de uno y otro bando", bromeaba un dirigente nacionalista.

Fuentes de ApU y +G-irmandiños coinciden en señalar la reducción del nivel de críticas públicas, puliendo las aristas de sus mensajes, con cierta excepción de Xosé Manuel Beiras. Aún así, y pese al tono del aspirante a portavoz nacional por la alianza entre Máis Galiza y EI, atrás quedan sus calificaciones de "plantas carnívoras" a la cúpula de la UPG.

"Se percibe un cambio de actitud en Aymerich respecto a hace unas semanas, está más ponderado, al fin y al cabo la asamblea no es el fin del mundo", apuntan fuentes de la UPG, que sacan de la ecuación a Beiras. Desde Máis Galiza lo matizan: "nosotros hemos cedido en nuestros máximos, ahora deberían hacerlo ellos".