"Si San Pablo viviese hoy en día utilizaría internet". Así sintetiza la importancia en los tiempos que corren de la red para la transmisión del Evangelio José García Gondar, párroco de Carballo, al que avala también su experiencia en los púlpitos: cuarenta años de los 65 con los que cuenta en la actualidad. Lo que no dice es que probablemente el mensaje de Jesús se difundiría mucho más rápido que a través del simple boca a boca, un aspecto del que sí ha sido consciente el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, quien ha destacado recientemente la "capacidad de expresión casi ilimitada" y las "importantes perspectivas" que abren los nuevos medios del "mundo digital".

No obstante, el "reto" lanzado por Ratzinger no era necesario. Al menos no en Galicia, donde ciertos párrocos llevan ya tiempo afilando su arma –la palabra– valiéndose de una nueva herramienta: internet, aunque en algunos casos hayan pagado –gustosamente, eso sí– el precio de la novatada en forma de inexperiencia y resuman su currículum de acercamiento a las webs y a los blogs con una sola palabra: autodidactismo.

Cebrián, el precursor

Manuel Antonio Couceiro, párroco de A Nosa Señora da Xunqueira, todavía recuerda los tiempos en los que el ahora desaparecido Juan José Cebrián, canónigo de la Catedral de Santiago, delegado diocesano y responsable de la oficina de estadística del Arzobispado de Santiago, se erigía en pionero de las nuevas tecnologías después de formarse, como él decía, "solo y con libros", por ser "de la Galaxia Gutenberg". "Era un entusiasta y un gran promotor de las nuevas tecnologías. Siempre le comía el tarro a los curas con ese tema. Luchó mucho y por eso hay muchos sacerdotes mayores muy bien conectados", cuenta Couceiro, para luego bromear: "Para ellos el señor Google lo sabe casi todo. No le quita el puesto al Señor, pero muchos sacerdotes miran ahí todo".

Antes de fallecer, en vísperas del 25 de julio del año pasado, Cebrián ya presumía de que la Iglesia estaba "al loro de las nuevas tecnologías" y que incluso podría competir con youtube "porque tienen programas y mejores que los de ellos", pero ahora podría hacerlo más, ya que, tal y como se puede comprobar en la web del Arzobispado de Santiago, son ya unas 25 las parroquias gallegas que disponen de su propia página web o de un blog a través del que notificar a sus fieles informaciones útiles, como el horario de las misas, o, como ocurría recientemente en el caso de Vilagarcía, ofrecer a los niños la posibilidad de subir las fotografías de sus belenes navideños para participar en un concurso.

Precisamente por los más pequeños a la Iglesia han llegado también las nuevas tecnologías en forma audiovisual. No es extraño que las parroquias incluyan en sus blogs un power point con el Evangelio del domingo y comienza a ser habitual el uso de pantallas donde se proyectan vídeos o imágenes para lograr captar su interés

Eso ya se hace en Carballo, por ejemplo, donde se utilizan dos pantallas gigantes en la misa del domingo para orar, seguir los cantos y las respuestas de la misa. Si se cumplen los sueños del clérigo de Teixeiro, Manuel García Souto, los templos estarían "informatizados" y los misales dejarían de ser de papel para ser sustituidos por pantallas de ordenador.

Telemisas

En su utopía, la misa en la televisión sería sólo el principio de un nuevo concepto: telemisas. Así, García Souto cree que las tecnologías podrían solventar parte de los problemas originados por la crisis de vocaciones sacerdotales. "En vez de tener que ir agobiado a un sitio y a otro, se podría decir misa en un sitio y emitirla por pantallas en otros tres o cuatro templos. ¿Qué problema habría?"

No obstante, sus homólogos no opinan lo mismo y creen que la eucaristía es la eucaristía y que debe ser presencial. García Gondar, el párroco de Carballo, cree que si no hay sacerdotes, la comunidad puede reunirse igual para leer el Evangelio, y pone como ejemplo sus Escuela de Formación de Agentes de Pastoral. Para Manuel Couceiro, la alternativa exige pequeño sacrificio: "Si la gente recorre varios kilómetros para ir a un hipermercado, podría hacer lo mismo para ir la misa si ésta se celebra en un cierto lugar del entorno".

Con todo, los capellanes están absolutamente de acuerdo en que el uso de las nuevas tecnologías es vital para la Iglesia. "Es un lenguaje necesario. No hay que tenerle miedo y hay que verlo como el lugar donde la gente habla, se expresa. Y si la Iglesia no quiere perder el tren de la historia y de la vida, que nunca lo perdió, necesita utilizar estas nuevas tecnologías". Quien habla con ese convencimiento es el párroco de A Nosa Señora da Xunqueira, quien, con 41 años, confiesa que sus pinitos en la red son producto de su curiosidad y de buenos consejos.

La de A Nosa Señora da Xunqueira es una web que aún no ha cumplido un año de vida. "La creamos cuando se cumplieron 30 años de la parroquia para conmemorar que tiene que ver con los nuevos tiempos", dice Couceiro, para quien internet debe servir para ofrecer información a los feligreses, pero también para evangelizar.

"En nuestro blog incluimos fotos de la fiestas, de los grupos de baile y sobre todo de la Pascua Xove. Porque a la gente le gusta verse. Incluso tenemos algún vídeo en youtube", señala. Y es que, como argumenta este pastor, se trata de que fieles y no fieles vean que la Iglesia tiene "aspectos divertidos, que no es sólo funerales".

La misma filosofía dimana del cuaderno de bitácora virtual del parróco de Teixeiro. "Un blog que sólo hable de temas litúrgicos puede no tener muchos forofos, por eso viene bien no ser monotemático", aconseja. Predica con el ejemplo: en su página rivalizan en espacio temas eclesiásticos y culturales.

Juan Ventura, 26 años y recién ordenado, coadjutor del párroco de O Grove, suscribe las razones de sus predecesores para utilizar las nuevas tecnologías. En su caso, tomaron ejemplo de la web del Arzobispado y ahora dejan en el mundo virtual los avisos de reuniones, las fotos de la última fiesta o el Evangelio del domingo. Este "recurso pastoral", como él lo define, lleva apenas un mes funcionando, pero ya le permite constatar que es una "herramienta válida y hoy necesaria". "En eso tenemos que ir con los tiempos", concuerda con sus homólogos y el Papa, aunque reconoce también que internet "no puede hacer milagros" ante la crisis de valores que vive la sociedad actual. También es consciente de que no todo el mundo tiene acceso a la red y lanza un alegato en pro del papel. "Aquí imprimimos una hoja parroquial que llega a muchos hogares", señala.