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Gallegos en el extranjero

La ley de nacionalidad discrimina a miles de nietos de mujeres emigrantes

Los españoles en el exterior estiman que unos 30.000 hijos y nietos de gallegos quedarán excluidos de la reforma

"¿Por qué unos sí y otros no?" Esa es la pregunta que se hacen los hijos y nietos de emigrantes excluidos de la reforma de la nacionalidad aprobada hace siete meses. Ni los descendientes de mujeres que abandonasen el país antes de 1936, ni los nietos de quienes perdieran la ciudadanía española antes de que sus hijos nacieran, ni los bisnietos mayores de edad. Todos quedan excluidos de la modificación de la nacionalidad, en vigor desde el pasado 29 de diciembre.

En total, unos 30.000 descendientes de gallegos en el exterior, según cálculos de la Asociación Hijos y Nietos de Españoles, que se quedarán sin el pasaporte español. Un documento que ya ha sido concedido a la mitad de los solicitantes. De las más de 94.000 peticiones registradas en los consultados de España hasta el pasado 31 de julio, el Ministerio de Exteriores ha aprobado un total de 43.900, de las que un 40% –unas 17.500– son de descendientes de emigrantes de origen gallego.

Desde Argentina, Daniel Barreiro, nieto de emigrante coruñés y portavoz de Hijos y Nietos en Buenos Aires, insta al Gobierno central a que una vez concluya el actual proceso de reforma –que se prolongará durante dos años, prorrogable uno más si así lo acuerda el Consejo de Ministros– atienda las demandas de los miles de descendientes de emigrantes españoles excluidos de esta modificación: "Confiamos en que el Ejecutivo arbitre que el pequeño grupo no incluido en la reforma pueda hacerlo en lo posible durante el último año de prórroga".

Los colectivos de españoles en el exterior lamentan que la disposición adicional séptima de la reforma –incluida en la Ley de Memoria Histórica–, "discrimine" a los descendientes de las mujeres emigrantes, ya que al casarse con un ciudadano extranjero perdían la nacionalidad española y adquirían la del marido. La última reforma también excluye a los descendientes de quienes tuvieron que renunciar a la ciudadanía para lograr la del país al que emigraron –caso de Estados Unidos o Australia–.

Sólo tienen garantizada la nacionalidad los nietos de quienes hayan emigrado entre los años 1936 y 1955. Pero no todos pueden demostrar que sus familiares abandonaron el país en ese período ya que, según advierten españoles en el extranjero, muchas partidas de nacimiento fueron quemadas durante la Guerra Civil.

120.000 nuevos gallegos

En total, según cálculos de Hijos y Nietos, serán unos 120.000 los descendientes de gallegos que podrán acogerse a esta nueva la reforma de la nacionalidad. La disposición adicional séptima habla de dos grupos beneficiarios. El primero incluye a personas cuyo padre o madre hubiese sido originariamente español. En este caso se beneficiarán "los nietos de emigrantes cuyos hijos ya nacieron en el extranjero, siempre que su hijo (del emigrante) naciera antes de la pérdida de la nacionalidad del emigrante". En el segundo apartado, están los nietos de quienes tuvieron que renunciar a la nacionalidad, de forma que aunque el abuelo no se la transmitiera al hijo, las terceras generaciones puedan optar a ella. Pero para estos supuestos hay una limitación: sólo afecta a aquellos casos en los que el emigrante saliera del país entre 1936 y 1955. Eso dejará fuera de la nacionalidad a dos de cada diez hijos y nietos de emigrantes gallegos.

Entre enero y julio, un total de 94.201 hijos y nietos de emigrantes presentaron su solicitud para acogerse a la modificación de la nacionalidad. Hasta el momento ya han sido inscritos como españoles 43.900 descendientes de españoles en el exterior. De ellos, unos 17.500 son de origen gallego.

La mayoría de la peticiones proceden de Iberoamérica. De Argentina, considerada la quinta provincia gallega, Exteriores recibió cerca de 20.000 peticiones, de las que ya han sido aprobadas 9.600. De México proceden otras 9.200 solicitudes, de las que casi 5.000 ya han recibido el visto bueno del Gobierno. De mantenerse el ritmo actual de peticiones, la cifra de posibles beneficiarios rondaría los 323.000, unos 120.000 gallegos.

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