Nunca un coche dio tanto que hablar. El tema estrella de la campaña electoral del PP gallego ya aburre a su propio mentor. Alberto Núñez Feijóo pide ahora empezar a “mirar” al futuro y “parar de hablar” del vehículo oficial que usó Emilio Pérez Touriño en los últimos cuatro años, un Audi 8. El mismo modelo en el que Manuel Fraga se desplazaba cuando era presidente de la Xunta, y que en la actualidad usan Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón, Francisco Camps y Rita Barberá. El coche de los reproches arrasa. No sólo entre alcaldes y presidentes de diputaciones procedentes de las filas socialistas o nacionalistas. Regidores y líderes autonómicos del PP prefieren los Audi.

Lejos de zanjarse, la polémica abierta por el PP ante el “derroche” y “despilfarro” de Touriño por la reforma de su despacho y la compra de un A8 blindado más caro que el Cadillac One de Obama se ha avivado aun más tras la vuelta del presidente de la Xunta en funciones de su escapada a Tenerife tras la derrota del 1-M.

En su reaparición, Touriño ventiló alfombras y denunció que su predecesor, Manuel Fraga, adquirió sin dotación presupuestaria previa tres vehículos durante su mandato: dos Audi A8 blindados, comprados en 2001 y 2002 con un coste superior a los 330.000 euros; y un Volkswagen Touareg, en 2004. Pero fue más allá al denunciar la “demagogia, el oportunismo y la falsedad acumulada” de Feijóo, de quien dijo que en su etapa como vicepresidente de la Xunta y conselleiro de Política Territorial “circuló por el país” a bordo de un A8. El líder socialista quiso ajustar cuentas con el presidente electo al revelar que la Xunta sólo tiene los 32 Audi que dejó Fraga. “Todos fueron adquiridos por el Gobierno del PP”, sentenció.

Aunque en los últimos tres años Feijóo se ha desplazado en un Peugeot 607 cedido por la planta PSA Citroën de Vigo e igual a los del alcalde Abel Caballero y el presidente de la Diputación de Pontevedra, el vehículo privado del futuro presidente de la Xunta es un Audi A4.

Pero el líder del PP lo tiene claro. No va a utilizar el A8 blindado de Touriño. “Primero, por convicción personal. Y segundo, porque me parece absurdo que teniendo aquí una fábrica de Citroën el presidente de la Xunta no elija, si puede, uno de esos vehículo”, argumentó el día después del 1-M.

Cuatro de los alcaldes de las siete grandes ciudades gallegas viajan en Audi: el alcalde de A Coruña viaja en un A8, los de Lugo y Ourense se trasladan en un A6 y el de Pontevedra, en un A4. El regidor vigués eligió un C6, el de Ferrol, un Peugeot 607, y es compostelano, un Volkswagen Phaeton.

Diputaciones

Los presidentes de las diputaciones también se decantan por Audi, salvo el de Pontevedra, Rafael Louzán que viaja en un Citroën C5. El popular José Luis Baltar (Ourense) utiliza a diario un A6, mientras que los socialistas Salvador Fernández Moreda (A Coruña) y José Ramón Gómez Besteiro (Lugo) usan un A8.

El delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, como sus homólogos en el resto de comunidades y todos los secretarios de Estado, viaja en un A6 de tres años de antigüedad y que suma 125.000 kilómetros.

En vísperas de las elecciones del 1-M, el candidato popular a la Xunta prometía en Vigo que en caso de ganar vendería el Audi de Touriño y sería el primer presidente que se movería en un Citroën de la fábrica de Vigo. “El presidente de la Xunta solamente se acercará a ese coche, que es más caro que el de Obama, para poner un cartel de ‘se vende’”, aseguró Feijóo el 2 de marzo.

El nuevo inquilino de Monte Pío iniciará su mandato cumpliendo la primera parte de su promesa: ha colgado el “se vende” del A-8 blindado, que su antecesor compró por 480.000 euros. De la segunda parte se deduce eso de “donde dije Vigo, quise decir Francia”. El vehículo oficial que usará el futuro presidente de la Xunta será un Citroën, pero vendrá de la factoría francesa, la única en la que se fabrica el modelo elegido.

La planta viguesa produce las furgonetas Berlingo y Peugeot Partner, así como los monovolúmenes Picasso y C4 Picasso. Ninguno ha sido escogido por Feijóo, a pesar de que el modelo más alto de gama sí admite blindaje y los elementos adicionales que requiere el servicio oficial. El líder del PP prefirió el C6, el mismo vehículo que emplea el presidente de la República francesa, Nicolás Sarkozy.