La armadora del atunero vasco Playa de Bakio, secuestrado en Somalia el domingo por diez piratas y con 26 tripulantes a bordo, entre ellos 8 gallegos, negocia con los captores a través de un bufete de abogados en Londres las cantidades que deberá pagar para la liberación del barco y de los marineros, según fuentes próximas a la negociación. Los antecedentes indican que el proceso se puede demorar unos cuantos días. Ésa es la razón por la que el Gobierno español apela a la tranquilidad de todos.

Las conversaciones para lograr el desenlace feliz del suceso se están desarrollando como suele ser habitual en estos casos: los piratas entregan un papel al capitán del barco con la cantidad de dinero que exigen y la cuenta bancaria -de una entidad londinense- en la que debe ingresarse esa cantidad, y ahí comienza la negociación con el armador, punto en el que se encuentra ahora mismo.

Según informaron fuentes del sector y que han vivido negociaciones similares, el empresario y los secuestradores negociarán hasta llegar a un acuerdo económico. Una vez que la cantidad se ha fijado, la compañía propietaria del buque debe ingresar el dinero en la cuenta de Londres para que, a continuación, los abogados transfieran las cantidades a las cuentas de los piratas en África, proceso que tarda en torno a una semana. Una vez que estos milicianos comprueban que el dinero ha sido ingresado en el banco africano proceden a soltar a los retenidos.

Las cantidades suelen oscilar entre los 300.000 euros y el millón de euros, en función de la presa que es cazada. Aunque el pago del rescate puede elevarse, como ocurrió la pasada semana con el superyate de lujo francés Ponant, cuyos ocupantes debieron de pagar una cantidad muy superior dada su condición de personas adineradas.