Entre la broma y la queja, algunos docentes cuentan que la tira cómica se escribe sola: “Entres a la hora que entres en la sala de profesores estos días, vas a ver a alguien peleándose con el ordenador (...) Sí, a los de la antigua usanza y a los de la no tan antigua”. 

La digitalización suma y sigue en el sistema educativo gallego de la mano de distintos proyectos como E-dixgal y la redacción de los planes digitales de los centros. Con todo, de lo que más se está hablando estos días en muchos claustros autonómicos es de Proens, la nueva plataforma informática de uso obligatorio para la entrega de Programaciones Didácticas (PD). Un asunto que esta vez se ha alargado hasta finales de noviembre. 

Las programaciones: ¿un trámite o un seguro?

Hay quien defiende que las PD son un mero trámite, cuando no un obstáculo para el trabajo en el aula: “Es imposible saber lo que vas a hacer durante todo el año cuando aún ni siquiera conoces cuál es el nivel de tu alumnado”; para otros, representan una guía de trabajo y un seguro frente a posibles problemas: “Todo lo que haces está justificado ahí”. 

El documento en el que se plasma la planificación de los contenidos del curso ha suscitado siempre visiones distintas entre la comunidad docente, pero ha sido este año cuando ha cobrado especial protagonismo tanto por la renovación de los currículos de la nueva ley Lomloe, como por la herramienta creada precisamente para facilitar esta transición: como toda innovación mientras lo es, Proens cuenta ya con detractores y defensores. 

Ventajas en clave digital

Así y si una profesora de Primaria nos cuenta que sí facilita la entrega de PD al automatizar el proceso, y que lo hará aún más a largo el plazo, cuando el docente cuente con un repositorio de programaciones tanto propias como de otros compañeros; otra de Infantil, en cambio, denuncia que resulta contraproducente y se pregunta qué utilidad tiene adaptar la realidad del aula a una aplicación en lugar de hacerlo al revés. Otros nos explican que sí les resulta intuitiva, pero añaden que cuenta con gran margen de mejora en términos de funcionalidad. 

Desde la conselleria de Educación, por su parte, defienden que Proens fue creada para facilitar la transición a la Lomloe y sacar partido de las ventajas de la digitalización al permitir unificar el estilo de los documentos elaborados; garantizar la lectura y accesibilidad por parte de todos los implicados y facilitar el trabajo colaborativo. 

"La aplicación está muy verde"

“Nadie pone en duda la necesidad de incorporar nuevas tecnologías, pero más importante que el qué, es el cómo”. Sindicatos como CIG Ensino, en cambio, denuncian que el problema de fondo es que “la aplicación está muy verde” y “que se está convirtiendo en una complicación a mayores”. Reclaman así que se cumpla con la flexibilidad prometida. 

“Estamos recibiendo quejas de profesores sometidos a presiones para que hagan entrega de las programaciones cuanto antes cuando la propia administración no entregó los currículos a tiempo. Ahora, quieren recortar ese tiempo a costa de los docentes”, expresan para pasar a criticar que últimamente “parece que la solución para todo es el desarrollo de aplicaciones web” y reivindicar que el sector quiere “ejercer su función sin encorsetamientos burocráticos que solo sirven para cubrir las espaldas a la administración”.

La tribuna del docente

Irene Alonso es profesora de Inglés en ESO y Bachillerato, además de autora de varios cuentos infantiles

La paradoja de las TIC

Es la tecnología la que debe adecuarse a las necesidades de la enseñanza y no vice-versa. Más allá de la competencia digital que tenga cada profesor, el problema muchas veces reside en que ni las formaciones, ni los programas planteados, se adaptan a la realidad del aula, de forma que no solo no resultan útiles, sino que además plantean dificultades añadidas. Al no contemplar excepciones ni ratios, Proens puede ser un ejemplo de ese “papeleo” llevado a cabo para adaptarse a modelos “idílicos” que solo existen en la pantalla, pero no deja de ser una herramienta interna de los profesores que imita el patrón ya existente en el papel, aunque más limitado. Mucho más preocupante sea quizás el absoluto protagonismo que parece querer dársele al ordenador en las aulas, cuando debería funcionar como un apoyo a lo importante: el aprendizaje de nuestros alumnos. En este sentido, sí sería interesante aprender a trabajar los contenidos por proyectos integrando las TIC, pero para ello necesitamos formaciones más específicas, con ejemplos prácticos y reales que relacionen todas estas herramientas con nuestra materia.