"Más de la mitad de los niños y niñas españoles ha sufrido algún tipo de violencia o humillación en el colegio y casi uno de cada cuatro admite haber participado en algún acto de violencia o humillación hacia otros compañeros". Es uno de los datos que Claudia Bruna, autora de "Educar contra el acoso", destaca en su obra, con datos de informes de la organización Save the Children.

Con la celebración del Día Internacional contra el Acoso Escolar se pone en el punto de mira uno de los principales problemas de la infancia y la juventud, "un problema social", que deja secuelas psicológicas para el futuro de los jóvenes que lo sufren.

Según el III Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso según los afectados" (Mutua Madrileña y Fundación ANAR), al que también hace referencia Bruna en su libro: "alrededor del 90% de los menores que sufren acoso escolar tiene problemas psicológicos (ansiedad, depresión y miedo permanente)".

Alrededor del 90% de los menores que sufren acoso escolar tiene problemas psicológicos (ansiedad, depresión y miedo permanente)

¿Por qué es tan difícil que las víctimas lo expresen?

"La verguenza y el miedo. Ambos. Pero creo que más la primera. Es muy duro reconocer que nadie te quiere, que te desprecian, que te humillan. Porque démonos cuenta que quien sufre acoso escolar siente que nadie -subrayo ese nadie- le quiere; si algún compañero le quisiera le estaría ayudando y salvando. Por tanto, es durísimo reconocer algo así. ¿Lo haría usted? ¿Lo haría yo?", expresa Raúl Rodrigo, autor de "Mi receta contra el acoso escolar" (Desclée Editorial).

"Es decir, como adultos, nos cuesta un mundo compartir nuestros problemas, hablar de lo que verdaderamente nos duele y nos preocupa. Hay que ser muy valiente para contar algo tan grave. Y después está el miedo. El miedo se apodera de cada célula y te lleva a pensar, erróneamente, que si lo cuentas las consecuencias van a ser todavía más graves", añade.

¿Qué tienen que hacer los padres?

"En caso de que nuestro hijo nos cuente que esta sufriendo acoso escolar, tenemos que ponernos en contacto con el centro educativo de manera inmediata. Tenemos que trabajar de manera conjunta, eso espero que nadie lo dude. Debemos dejar que sean los docentes quienes lideren las actuaciones, ellos tienen más información que nosotros, y sobre todo: objetividad. Por muchos recursos emocionales que creamos tener, somos partes protagonistas y nunca tomaremos decisiones tan ecuánimes como lo harán desde el centro educativo. Bajo ningún concepto podemos ir a la casa del otro menor, bajo ningún concepto interceptarlo fuera del horario escolar con amenazas, tampoco a los padres del agresor. Tenemos que tener altura y gestionar esto con la máxima serenidad. Es la única forma de resolverlo y además, es una oportunidad, única, para educar a nuestro hijo. La gestión que hagamos del conflicto quedará grabada en su ADN para el resto de su vida. Si hacemos una gestión adecuada, si ponemos límites sanos, si reivindicamos justicia pero desde la proporcionalidad, si mostramos valentía y fortaleza serena, le estaremos regalando a nuestro hijo uno de los mejores aprendizajes de su vida", explicaba Raúl Rodrigo a FARO en su visita a Vigo para presentar su libro",

¿Hay más acoso escolar debido a la pandemia?