No hay favorito. Inglaterra se aferra a una solidez atrás que le ha hecho encajar un total de cero goles en tres partidos, mientras que su ataque es poco más que un desierto en el que Harry Kane está perdido. Que el ‘nueve’ inglés marque serviría para alegrar a los 45.000 ingleses que se reunirán en Wembley, con ansias de vengar la afrenta del 96.