Los viejos oficios: Jessica Estraviz, artesana del jabón

Jabones de museo

Las piezas de la firma coruñesa Mar de Miranda están en el Prado. Su diseño está inspirado en bodegones presentes en la pinacoteca. Es uno de los últimos logros de Mar de Miranda, la marca de Jessica Estraviz, que ha puesto en lo más alto una artesanía milenaria

Sobre sus orígenes existen diversas teorías. No se sabe exactamente dónde o cuándo se empezó a hacer jabón, pero sí es cierto que su historia se remonta milenios atrás. Pudo ser en Mesopotamia, pudo ser en Siria o pudo ser, como cuenta la leyenda, que su descubrimiento fuese de forma accidental en Roma, frente al monte Sapo, a orillas del río Tíber. De su larguísima historia, de su evolución a lo largo de los siglos y de su elaboración puede hablar una experta como Jessica Estraviz, que a través de su familia siempre ha estado vinculada a la artesanía. Veía a su abuela hacer jabones y conocía el proceso. Dedicó tiempo a profundizar más en las técnicas y en la práctica y lo que era casi un hobby se convirtió en un proyecto laboral de éxito. Jessica es la responsable de Mar de Miranda, marca coruñesa que ha llegado al Museo del Prado con sus piezas cien por cien naturales, hechas a mano, biodegradables y sostenibles.

El camino para asentar la firma gallega donde está hoy ha sido el de la formación continua. Jessica, además de la propia tradición familiar que conocía, ha cursado Jabonería Profesional y Cosmética Natural, tiene estudios en dermofarmacia y cosmetología y otras enseñanzas de un largo curriculum entre cuyos puntos clave está la economía circular, el consumo consciente y responsable y el cuidado de uno mismo y del medio ambiente.

Desde hace casi cinco meses el Museo del Prado tiene a la venta el jabón de Mar de Miranda. En el proyecto encabezado por el diseñador Moisés Nieto participaban una decena de artesanos, entre ellos, Jessica. “Había que realizar una serie de jabones cuya inspiración fuesen los bodegones presentes en el museo”, cuenta esta joven coruñesa. En su caso fue el óleo “Naranjas y limones” (Antonio Mensaque y Alvarado, 1862) y “Caza, hortalizas y frutas” (Juan Sánchez Cotán, 1602). La pieza de museo tiene olor a lavanda, con aceite de oliva, aceite de coco y manteca de karité, realizado mediante la técnica de saponificación en frío. Cada objeto es único, tallado y elaborado artesanalmente y, busca, aparte del cuidado de la piel, “despertar emociones a través del tacto y del olfato”, explica Jessica.

La materia prima de Mar de Miranda es cien por cien de origen natural y en su técnica destaca especialmente la saponificación en frío, proceso que Jessica descubrió a través de su familia, que lo realizaba en aldeas de Boimorto y Vilasantar. De su trabajo se han hecho eco importantes medios como “Homo Faber”, la guía que registra los mejores artesanos de Europa.

Parte de la inspiración de Jessica para sus jabones viene del paisaje y el color del mar que baña la costa de Mera. Cada pequeña pastilla de jabón es una obra de arte que conecta con la naturaleza. Además de los encargos, realiza actividades, charlas y talleres personalizados. Su trabajo puede verse en mardemiranda.com

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