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Resaca emocional

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@A2C_ILUSTRACIONS / emma placer

Emma Placer

Emma Placer

Comienza el año y, normalmente, lo hacemos con resaca, virtual o real, con buenos propósitos y a veces con ganas de cambio. Después de las fiestas recibo un montón de mensajes de parejas que quieren hacer terapia y/o personas que quieren cambiar algo con referencia a su vida sexual o afectiva, y todo esto no es casualidad: ponemos el botón a cero. Personalmente, pienso que es poco útil darle tanto significado al calendario numérico de año, mes, día o estación; si quieres hacer un cambio, no esperes al lunes.

¿Qué es la resaca emocional?

La primera vez que escuché este concepto fue tras una boda; después, en otra ocasión, a una compañera a continuación de una gran conferencia. Está claro que el apellido “emocional” le va de miedo al día después de cualquier suceso, evento especial o relevante para la persona; en mi caso, estos síntomas se han dado después de un concierto (a veces ésta que os habla canta canciones), o después de un congreso, donde se mezclan emociones variaditas, como conocer o reencontrarse con gente interesante, aprender cosas nuevas y sentir que valoran tu trabajo: ¡A quién le amarga un dulce! No obstante, también puede darse resaca emocional después de una experiencia traumática intensa, como un duelo o pérdida de un ser querido. Investigando un poco sobre el concepto, he encontrado que es algo que también experimentan actores y actrices cuando tienen que interpretar un papel con carga emocional potente, por lo que el cerebro no tiene que vivir en la realidad la emoción para sentir esa carga y resaca posterior.

En resumen, podemos decir que la resaca emocional viene de un consumo excesivo de emociones, sean éstas agradables o no. Si hacemos un paralelismo con la resaca clásica después de la ingesta de alcohol una noche loca, nos encontraríamos algo así como cansancio, fatiga, dolor de cabeza y/o de estómago; bueno, te lo puedes imaginar si lo has sufrido; pero psicológicamente ambas resacas nos traen también un buen embotamiento de cabeza, y la mezcla es de subidón y bajón a partes iguales, si la noche ha sido buena, claro.

  • Algunos posibles síntomas de la resaca emocional:

    Agotamiento mental, embotamiento. Pensamientos rumiativos. Sensaciones de vacío. Tristeza/Nostalgia. Ansiedad. Sensación de vulnerabilidad. Problemas con el sueño.

Todas estas sensaciones y sentimientos pueden parecerse a los que presenta una persona diagnosticada con depresión o con ansiedad generalizada, con la diferencia de que en el caso de la resaca emocional, puede durar unas horas o unos cuantos días a lo sumo.

Volver a la realidad

Pasado el roscón de Reyes, que marca oficialmente la “vuelta a la realidad”, la resaca emocional de las fiestas se diluye y entremezcla con la famosa cuesta de enero, formando un cóctel bajonero fastidioso. Si quieres que tus síntomas resacosos no se alarguen mucho, lo que ayuda a tu cerebro a hidratarse y ponerse en marcha es, básicamente, tener pequeños objetivos que sean relativamente sencillos de cumplir; es decir, no me vale el clásico “voy a adelgazar X kgs.” o “voy a aprender inglés”, porque son demasiado ambiciosos y solemos frustrarnos por no conseguir resultados a corto plazo. Cosas facilitas como dar las gracias, o un “te quiero”, ayudan a reconfortarnos y sentirnos mejor. La clave de todo es la reflexión, meditar, buscar momentos, igual que en una resaca por alcohol, para darme permiso y descansar, tirarme en el sofá a no hacer nada, o hacer algo que te guste hacer y que normalmente no puedas permitirte por falta de tiempo o por las circunstancias. Si aún así la resaca emocional persiste, pide ayuda, primero a tus personas más cercanas, a las que forman parte de tu círculo social más cercano y de confianza, habla de cómo te sientes, y deja que salga fuera de tu cabeza; si aún así sientes que persiste, pide ayuda profesional.

Los altibajos forman parte de la vida, una vida plana no es una vida común; a veces estos baches tenemos que abrazarlos y adaptarnos de la forma y manera que encontremos, no existe una mejor que otra.

Placeres, muchas gracias por seguir ahí un año más leyendo; es un orgullo y, por supuesto, un placer; seguimos trabajando por la salud mental y sexual en www.saludplacer.com

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