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Los viejos oficios: Juan Fuente Torrado, joyero, artesano del vidrio

A través del cristal

El vidrio tiene la capacidad de cambiar las formas, la luz y los cromatismos. Su magia sedujo a Juan Fuente para explorar este material y elaborar piezas únicas llenas de creatividad. Desde su taller Tejeluz, en Boiro, sus diseños se basan en la naturaleza que lo rodea

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Juan Fuente Torrado, en su taller en Boiro. Cedida por J. Fuente

El trabajo de los antiguos vitralistas servía para iluminar la inmensidad de catedrales e iglesias y jugar con la luz, ampliándola o distribuyéndola, reverberando tonalidades imposibles y contando una historia en su iconología. Inspirándose en el concepto de las vidrieras clásicas crea Juan Fuente sus diseños. “El vidrio es mágico –dice–, es el amante de la luz, y está dotado de una expresividad y una elegancia incomparables”.

Este artesano de Boiro trabaja el vidrio desde 1992 y de manera creativa desde 2016. Se dedica especialmente a elaborar piezas de joyería, y muchas de ellas las hace con cristales reciclados. Un día se decidió a canalizar su creatividad y se propuso hacerlo con el material que mejor conocía.

“Trabajo el vidrio de principio a fin, transformándolo completamente de forma manual para darle una segunda vida más hermosa”, dice. Botellas, trozos de ventanas u otros elementos que estaban condenados a una desaparición segura, se convierten a través de sus manos en piezas llenas de sensibilidad. “Me gusta reciclar y darle nuevas oportunidades al cristal que se iba a desechar, una segunda vida”, refiere. En un proceso paciente y laborioso, corta, ensambla y hornea las formas que previamente ha dibujado su mente.

Una de las originales piezas que salen del taller de Juan. Cedida

A la hora de crear, la naturaleza es para él una fuente de inspiración inagotable y de ahí el nombre de sus colecciones, como Agua, y de algunas de sus piezas, que evocan el mar y lo natural, como los pendientes “Cascada”, “Burbuja”, “Nube” o “Rocío”. También las formas geométricas constituyen un buen punto de partida para él. Además, su combinación va descubriendo otras y el resultado, aparte de casi infinito –nunca hay dos formas iguales en un proceso artesano– es siempre original y sorprendente. Uno de los valores de lo manual es, precisamente, el punto artístico y singular de cada creación.

Las piezas de Tejeluz están en comercios físicos, en su tienda online y en su portal de Instagram. Desde la web ofrece la posibilidad de que cada uno pueda diseñar sus propias piezas –como los pendientes– , eligiendo los colores que mejor combinen con la personalidad o las emociones. Porque el vidrio y sus colores “son un puente de conexión entre nosotros y el mundo”, dice Juan Fuente.

Pendientes de plata y vidrio. Cedida

El vidrio es el lenguaje de la luz y es a través de ella como se expresa. El color cambia a través del cristal y dicen que los diferentes cromatismos influyen en la personalidad y el estado de ánimo. Provoca sensaciones sensoriales que no tienen otros materiales. Es, resume, este artesano, “la expresividad y la alegría de la luz convertidas en algo que se puede llevar”.

Además de participar en ferias y exposiciones, Juan Fuente ha presentado piezas a certámenes como Fusión, la Bienal de Joyería Contemporánea en Vidrio, para la que fue seleccionado con su creación “Amor 2.0”. Su idea es seguir presentándose a este tipo de eventos y no descarta impartir talleres, aparte de ampliar la venta de sus creaciones en más tiendas.

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