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Santiago Posteguillo Escritor

“Investigaré si Julio César estuvo en Cíes”

Con “Roma soy yo” el autor valenciano inicia una saga de seis novelas en torno al emperador romano: “Toda la historia de Roma -dice- pivota en torno a su figura y, por extensión, en gran medida la civilización occidental también gira a su alrededor”

El escritor valenciano Santiago Posteguillo Germán Caballero

“Roma soy yo” (Ediciones B) es la primera novela de una saga sobre Julio César que constará de seis entregas, en la que Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) empezó a trabajar hace dos años y que calcula terminar dentro de una década. Esto es “heavy metal”, que diría un aficionado al rock, pues este arranque consta de 756 páginas y una relación peso-volumen de lo más considerable para sostener a dos manos. Pero Posteguillo está acostumbrado a escribir sobre Roma, a hacerlo generosamente y a que sus libros circulen como rosquillas: más de cuatro millones de ejemplares vendidos lo avalan.

Después de tantos años dedicados al estudio, investigación y escrita sobre la Roma antigua ¿ha llegado a la conclusión de que le fascina más la figura de Julio César que la propia historia de Roma?

— A la conclusión a la que he llegado de forma rotunda es a que, sin duda alguna, toda la historia de Roma pivota en torno a la figura de Julio César y, por extensión, en gran medida, la civilización occidental también gira a su alrededor. La figura de César irrrumpe en una República romana que empezó de una forma más democrática, pero que derivó en una oligarquía, para después generar un nuevo tipo de gobierno que es el que perdura durante siglos y que luego constituirá la Europa Occidental. Si de esa historia se sustrajese a Julio César, nos faltaría la pieza esencial de nuestra civilización. Por otra parte, él es de los pocos personajes cuya biografía está en consonancia con su leyenda y su mito.

¿Se ha enamorado del personaje?

— Si he decidido pasarme doce años con alguien, como es el caso, es que me tiene que caer mínimamente bien. Yo puedo admitir que ese alguien no fuese perfecto, y como Julio César acumuló mucho poder, las imperfecciones se notan más. Pero en la balanza, para mí pesa más lo admirable de Julio César que los errores que hubiera cometido. Yo siempre pienso mucho en el personaje sobre el que voy a escribir, en cualquiera de ellos y, admitiendo que no están exentos de sombras, he creído que fue más lo que nos han aportado que sus defectos. Con César me pasa lo mismo. No sé si se puede llamar enamoramiento, pero sí confieso que me he apasionado con él.

En este libro presenta a un Julio César joven, dedicado a la abogacía. Con la mirada de hoy, es comprensible que le atrajese la política, pero ¿qué le atrajo de la vida militar?

— En aquella época, para cualquier patricio romano la vida militar era consustancial e indivisible de la vida política. Nos hallamos ante un Estado en el cual el ascenso político por el cursum honorum iba combinando magistraturas administrativas con otras que implicaban el mando militar. César fue consciente de que un mando militar, un jefe que supiese manejar a las legiones, era lo más adecuado para defender bien al Estado.

El escritor valenciano Santiago Posteguillo Germán Caballero

¿En qué sentido era populista: en el de decirle al pueblo lo que el pueblo quería oír o basándose en sus convicciones morales?

— Era populista en ambas cosas. Estoy convencido de que tenía los ideales de querer un mayor y más equitativo reparto de la riqueza. Pero, por otra parte, tenía una gran oratoria capaz de defender los intereses del pueblo con ánimo de conseguir esos objetivos sabiendo lo que había que decir en cada momento.

Pero su populismo derivó en dictadura.

— Indudablemente, y esa evolución la voy a explicar en las siguientes novelas. Lo que pasa es que hay que hacer matizaciones en la terminología empleada. Para empezar, llamar república a la Republicana Romana del siglo I antes de Cristo es técnicamente correcto en terminología latina, pero no es conceptualmente correcto ya en el siglo XXI. Lo que denominamos República Romana no tiene nada que ver con nuestro concepto de estado, de república, de parlamento…Porque aquella república había devenido en una oligarquía en la que unas pocas familias senatoriales se empeñaban en mantener todos los derechos y la mayor parte de la riqueza, actuando, además, con enorme violencia contra cualquiera que se postulara en favor de un mayor reparto de la riqueza. Y es precisamente contra esa oligarquía contra lo que se levanta César. En este contexto: ¿Es ese un dictador o alguien que quiere cambiar un sistema totalmente injusto? Otra cosa fue que su decisión final de declararse técnicamente un dictador sea una solución autocrática que a nosotros no nos parece la idónea, pero que, no obstante, sí que estaba contemplada en el Estado romano. Se declaró dictador, sí, pero: ¿se sabe lo que iba a hacer César después? Igual ejercía durante un tiempo y se retiraba, como hizo Sila. O tal vez acabaría convirtiéndose en un Calígula. El problema es que no lo podemos saber porque, antes, lo mataron.

Me voy a permitir el lujo de introducir en la entrevista al emperador Claudio que describe Robert Graves y que se hizo muy popular a través de una serie de televisión. ¿La República en la que creía Claudio era la misma contra la que se rebeló Julio César?

— Yo pienso que lo que Claudio quería era una república que estuviera más en consonancia con los ideales de los inicios de Roma, la que emergió para acabar con la monarquía absoluta. Ese Claudio que nos retrata Roberto Graves buscaría eso… ¡y sin corrupción! Otro cantar es que el verdadero Claudio fuese tal cual Graves lo describe. La genialidad de Graves fue jugar con la ambigüedad y no sabemos si Claudio estaba un poco trastornado mentalmente o si era tan listo que fingía ser el tonto para poder sobrevivir en una familia de locos que se mataban unos a otros. El retrato de familia julio-claudia de Robert Graves es francamente magnífico, y colijo que ese Claudio pensaría en los inicios republicanos, y no en la parte final, que fue la que combatió César.

El, con perdón, “malo de la película” de “Roma soy yo” es el senador Dolabela. ¿Cómo descubrió a este personaje? ¿Era eralmente tan malvado?

— Yo sabía que César había trabajado en su juventud como abogado y, cuando me puse a investigar con mayor detalle, descubrí que esta era una etapa apasionante de su vida que, además, no había sido novelada antes. Buscando uno a uno en todos los juicios en los que participó, me encontré con este y me pareció fascinante porque, fuese populista o no, que en su primer juicio, el joven César eligiese como objetivo a todo un senador, acusado de corrupción, podrá ser populismo, pero populismo con arrestos digo yo, porque ese Dolabela, mano derecha de Sila, era un personaje que tenía una banda de asesinos a sueldo (algo relativamente normal en la tardo-república) y encima con mucho dinero, obtenido, como tantos otros senadores, con formas ilegales registradas en la historia por la denuncia de los macedonios. Lo cual me lleva a pensar que César era muy valiente porque, a pesar de que lo primero que le advierten sus amigos es “no te metas con este tipo porque te van a matar”, él decide seguir adelante. En ese sentido ya apunta maneras.

Valiente ¿e idealista?

— Sí, estaba cargado de ideales, como creo que lo estamos todos, especialmente cuando somos jóvenes. Y que no se me entienda mal, yo no digo que luego haya que perder esos ideales, pero está claro que la madurez nos atempera y que a medida que pasa el tiempo vamos entendiendo lo complejo que es el mundo y que a veces no se pueden conseguir las cosas exactamente tal como lo hemos pensado, o nos percatamos de que hay que pagar más o menos peajes por lograr los objetivos… Ahí entramos en cuestiones morales, de si el fin justifica los medios…. Él César de “ “Roma soy yo” creía que se podía hacer justicia en aquellos corruptos tribunales de Roma, pero no tardará en descubrir que no es así.

¿Comparar a Alejandro Magno y Napoleón (uno anterior y otro posterior) con Julio César es un despropósito?

— Con Alejandro Magno, al que César admiraba mucho, yo sí estableceria una comparación. Ambos tenían componentes de magnanimidad comunes. Alejandro, a veces, entraba en ciudades y no las arrasaba, al punto de que en numerosas ocasiones se le recibía como un libertador, y ese es también un espíritu que hereda César quien, por poner un ejemplo, cuando derrota en la guerra civil a todos aquellos que se han puesto en su contra y al lado de Pompeyo, los perdona…y esos perdonados serían los mismos que luego lo asesinaron. Este es un rasgo que marca sensibles diferencias con alguien como Napoléon, que libertador desde luego no era, pues solo hay que ver la enorme crueldad con la se comportaron los franceses en España, con un ejército totalmente salvaje y descontrolado. Otra cosa es que a Napoleón, como a otros tantos megalómanos, le gustase o le interesase recurrir a toda la imagineria del imperio romano para identificarse con Roma y con el propio César, pero comparar al francés con el romano es un error.

"Aurelia, la madre de julio, es uno de los escasos personajes femeninos a los que los historiadores antiguos no pudieron evitar hacer referencia”

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¿A qué fuentes ha recurrido para conocer los detalles de la vida familiar de Julio César, y especialmente de Aurelia, su madre, un personaje fascinante?

— Como suele ocurrir en el caso de los personajes femeninos del mundo antiguo, salvo excepciones no hay mucha información detallada sobre ellos, y las mujeres que aparecen lo hacen por su relación con un personaje masculino de relevancia. Pero de Aurelia, ni siquiera los historiadores antiguos pudieron evitar hacer referencia. Por eso encontré tantas pinceladas sobre ella, tanto de su personalidad y de su carácter, como de su manera de manejarse. Así que lo que hice fue reunir todas esas pinceladas para construir el personaje que presento en “Roma soy yo”, donde Aurelia es fundamental porque es la mujer que forja al héroe, la madre que cree que su hijo puede absolutamente con todo…y que luego tiene que cargar con la contradicción, con su miedo porque “me lo van a matar”. Es decir, que acaba teniendo miedo. Tiene miedo de lo que ella misma ha creado. En cuanto a la recreación de la vida cotidiana, me he basado en los descubrimientos que se han hecho recientemente del mundo antiguo y en particular de Roma, así como de la situación de la mujer en el mundo romano.

Entenderá usted que le haga esta pregunta: ¿Estuvo Julio César en Galicia? ¿Lideró en persona el ejército que conquistó las islas Cíes?

— Es un asunto sobre el que, a estas alturas, aún no puedo dar luz. Quizás le pueda responder a esta pregunta cuando termine la segunda novela de la saga. Hay muchas historias legendarias de Julio César en toda España y precisamente estoy intentando dirimir cuáles de ellas me parecen más veraces, más creíbles, más verosímiles. Algo he oído acerca de la presencia de Julio César en Galicia, pero en primer lugar tengo que confirmar si lo que se cuenta proviene de fuentes clásicas o modernas. Pero, bueno, ya que lo ha citado, me voy a fijar especialmente en lo de las Cíes y a ver si dentro de un par de años le puedo dar una respuesta o, al menos, unas pistas suficientemente contrastadas.

“He escrito de hace más de dos mil años, pero bien podrían ser titulares de prensa del siglo XXI. El mundo romano sigue explicando muchos de nuestros defectos… y quiero pensar que algunas de nuestras virtudes”

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¿Conocer el mundo romano sirve para entender el mundo de hoy en día?

— Nos da muchas claves, sí. En esta novela hablo del siglo I antes de Cristo, pero cito a jueces compinchados con acusados, a un tribunal de justicia del que se han cambiado las leyes para que los senadores solo sean juzgados por senadores, liquidando así cualquier independencia del poder judicial… Estoy escribiendo de hace más de dos mil años, pero bien podrían ser titulares de prensa del siglo XXI, por eso pienso que evidentemente el mundo romano sigue explicando muchos de nuestros defectos… y quiero pensar que algunas de nuestras virtudes. Explicar Roma es, en casi todos los aspectos, explicarnos a nosotros mismos.

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