Todo ocurrió de forma fortuita. Era 1961 cuando unos trabajadores de una cantera en Buxán, en O Incio, extraían roca para transformarla en cemento. De repente, la actividad se detuvo porque aparecieron restos fósiles de una especie desconocida. Ahora una ruta, llamada do Mamut e dos Castros, discurre por la zona donde se halló el único vestigio de este animal prehistórico encontrado en Galicia. Son seis kilómetros de interés entre naturaleza y monumentos.
El trazado habilitado puede comenzarse en Lebón, donde existe un castro. Continuando el recorrido aparece la necrópolis de Santa Mariña, catalogada como Bien de Interés Cultural.
Una necrópolis singular que debería ponerse en valor
Situada en el límite de los municipios de O Incio, Sarria y Samos, encierra un conjunto de casi cuarenta túmulos megalíticos construidos a lo largo de un amplio intervalo de tiempo, probablemente desde el Neolítico Final y el Bronce Inicial (entre el IV y el II milenio a. C.). Tanto por su amplitud como por su diversidad, está considerada una de las necrópolis más importantes del noroeste peninsular.
El PRG 239 prosigue por las proximidades de los castros de Goó y Bermún que, además de un valioso patrimonio paisajístico, encierran importantes elementos patrimoniales, como los poblados castreños y una cueva. La gruta de Bermún comenzó a ser explorada en los años setenta, se le atribuye más de un kilómetros de longitud y el agua que transcurre por su interior ha ido formando galerías y meandros. Se han descubierto algunos tipos de artrópodos y, aunque se esperaba el hallazgo de yacimientos arqueológicos, todavía no se ha podido acreditar.
Otros puntos de interés del itinerario son la casona de Buxán o la Casa do Canteiro. La ruta cuenta con señalización y carteles explicativos, aparte de la réplica del mamut y su cría, conjunto escultórico instalado en el Val do Mao.
O Incio cuenta con otras joyas como la iglesia de San Pedro Fiz, en el lugar de Hospital, una sorpresa inigualable del románico gallego. Las canteras de mármol próximas permitieron que el edificio se erigiese con este material, una piedra en tonos azulados que le confiere un brillo especial. San Pedro Fiz es un templo de finales del siglo XII construido por la Orden de San Juán de Jerusalén, siendo en su origen centro de atención a los necesitados y peregrinos, ya que se encuentra en un desvío del Camino Francés.
Además de mármol y caliza, O Incio tiene en las minas de hierro parte de su pasado. La Ruta do Ferro, de casi trece kilómetros entre montes, valles y viejas galerías (aunque no visitables), hablan de un próspero pasado.