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Medicina 4.0 digitalizada, conectada y universal

Con información digital los mejores expertos podrán compartir y debatir datos de sus pacientes en tiempo real para mejorar en el tratamiento de una enfermedad

Medicina 4.0 digitalizada, conectada y universal

9 de mayo de 2031, Dolores Aleu, una experimentada médica española, recibe un mensaje de eHealth, un avanzado sistema de Inteligencia Artificial que desde hace años ayuda a conectar el sistema público de salud con médicos y ciudadanos. eHealth detectó, gracias a un microchip subcutáneo, que el usuario Vicente Asuero, un habitante de un pequeño pueblo de Huesca, presentaba arritmias cardíacas.

De forma automática el sistema solicitó una analítica de sangre que Vicente realizó en su propio domicilio y cuyo resultado, con altos niveles de potasio, ya está disponible para Dolores, que se encuentra trabajando en un hospital de Barcelona a más de 300 km de su paciente. Después de analizar el informe médico, Dolores coincide con eHealth en el diagnóstico y conecta por videoconsulta con Vicente, que está plácidamente sentado en el sofá de su casa, para informarle de los resultados, el tratamiento, y los próximos chequeos médicos que tendrá que realizar.

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Este relato podría ser una reproducción del día a día de un médico de la próxima década.

La aplicación de la Medicina 4.0 permitirá que las nuevas tecnologías de datos e información, que se están desarrollando actualmente en el entorno de la Industria 4.0, se utilicen para la asistencia sanitaria a distancia, para estar allí donde el paciente lo necesite, y sin que el personal médico se mueva del hospital, aunque unos y otros estén a miles de kilómetros de distancia.

A mediados de los 60 la NASA, en sus vuelos tripulados, utilizó la telemetría por radio, para recibir en Houston la frecuencia cardiaca, la temperatura y la presión arterial de los astronautas con sistemas no invasivos. La telemedicina, como hoy se conoce, inició a partir de ese momento su proceso evolutivo pasando por telefonía convencional, banda ancha de internet, redes móviles inalámbricas y sistemas encriptados, que permiten conservar la confidencialidad de la información de los pacientes.

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Este concepto de telemedicina tiene dos connotaciones diferentes. Se puede referir a la interconexión dentro del ámbito institucional, para que, por ejemplo, un cirujano opere sin estar presente en el quirófano, ayudándose del streaming de Internet, los visores de realidad virtual y la robótica. Pero también se refiere al cuidado de la salud a distancia, conectando el lugar de residencia del usuario con el profesional que hace el seguimiento (telehealth o telecare).

Canadá es uno de los países que mejor uso están haciendo de las nuevas tecnologías para aplicaciones médicas, tales como: teleconsulta, telecardiología, teleoftalmología y teleeducación. Su extenso territorio, los fuertes cambios climáticos y una población rural muy dispersa, son los principales factores que han impulsado al gobierno canadiense para la implementación de la medicina 4.0 y su conexión con los hospitales especializados presentes en las ciudades.

Israel también destaca, y es líder a nivel mundial en telemedicina domiciliaria y en software de historial clínico digital, un sistema nacional de intercambio de información de salud que conecta a todos los hospitales generales y servicios de atención primaria sin arriesgar la privacidad de los pacientes. Sus soluciones incluyen un sistema de monitoreo de glucosa para diabéticos (Dario Health), la combinación de Realidad Virtual y Aumentada con el entrenamiento quirúrgico (Surgical Theatre), que los pacientes transmitan imágenes y vídeos digitales del oído, la garganta y la piel, sin salir de casa (TytoCare), o también el uso de Big Data y analítica corporal para relacionar lo que comemos con el efecto en nuestro metabolismo (Nutrino).

Los pacientes tendrán un canal de comunicación rápido y eficaz para resolver cualquier duda

Nos estamos adentrando en la era de la conectividad ultrarrápida 5G, que posibilitará que una amplia gama de dispositivos médicos electrónicos IoMT (Internet of Medical Things) podrán conectarse a un servidor o a la nube y, como resultado, se podrán utilizar datos en tiempo real para habilitar una asistencia sanitaria remota de alta calidad. Los pacientes utilizarán dispositivos wearables (que se llevan puestos) y otros disponibles en casa, para hacer chequeos y transmitir los resultados al sistema para su análisis, de forma fácil y continua, y con los datos cifrados como información sanitaria protegida (PHI). El personal médico podrá introducir notas, escribir recetas y añadir otros datos a los que los farmacéuticos y especialistas podrán acceder fácilmente desde sus propias ubicaciones, y los pacientes tendrán un canal de comunicación rápido y eficaz para resolver cualquier duda.

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Una aplicación de la UVigo para tecnología 5G premiada por la UE Antenas, Radar y Comunicaciones ópticas (COM)

Los beneficios que la tecnología 4.0 puede aportar al sistema de Salud son numerosos: un acceso mejorado para las comunidades rurales y desatendidas, y para las personas con movilidad limitada o aquellas que no pueden conducir; pacientes enfermos de Covid y otras enfermedades infecciosas pueden hablar con su médico sin llevar gérmenes a la consulta y sin tener que limpiar las salas de exploración entre las citas; los pacientes inmunodeprimidos pueden llevar a cabo chequeos rutinarios sin desplazarse; el personal sanitario puede enfocarse más y mejor en monitorizar y orientar a los pacientes. Además, utilizando escáneres potentes se pueden analizar las muestras y convertirlas en un fichero digital, de forma que los mejores expertos de un país, o incluso del mundo, puedan compartir y debatir datos de sus pacientes en tiempo real para mejorar en el tratamiento de una enfermedad.

Tal y como dijo el comisario de Naciones Unidas António Guterres, la humanidad está librando una guerra suicida contra el mundo natural. Una guerra que no podremos ganar, porque la naturaleza siempre contraataca, y lo hace con cada vez más fuerza y furia. Y aún en el remoto caso de que la humanidad ganara, en realidad supondría una cadena perpetua en un mundo inhabitable, y la probable extinción final. Una de las consecuencias de esta guerra, junto con el cambio climático, es la aparición de nuevas enfermedades, lo que pondrá en jaque todo el sistema de salud tradicional a nivel mundial. Y en este nuevo entorno hostil que hemos propiciado, la aplicación de las nuevas tecnologías al servicio de la medicina tendrá un papel destacado y será nuestro mejor aliado en el momento de afrontar este desafío. Hasta ahora no nos ha importado perder la salud para ganar dinero. Pero ahora toca invertir dinero, para volver a recuperar la salud.

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