El histórico Quercus robur –llamado también Carballo da Virxe– se tiene por uno de los que más siglos acumula del país. Ubicado en Queimadelos y catalogado como árbore senlleira, está situado en una zona de interés arqueológico que va descubriendo páginas de la antigüedad galaica.
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Su edad exacta no se sabe, aunque los mayores del lugar le atribuyen varias centurias. Cuenta la leyenda que fue plantado por Lambrico el Druida –o Lambequio–, nieto del fundador suevo de Mondariz, Mondrico y que tendría un carácter sagrado. Otra de las historias que acumula es la propia que le da nombre, porque se dice que sobrevivió a la tala ordenada por Felipe II, que procuraba la madera de los robles para construir los cascos de los barcos de aquella Armada que debía luchar contra el poderío inglés. Los vecinos, en heroica resistencia, conseguirían salvar al hermoso y ya entonces frondoso ejemplar.
Además esta zona alberga interesantes vestigios megalíticos. Próximas están las mámoas da Armada, donde cada solsticio de verano el sol atraviesa el lugar al ocaso en lo que parece una milimétrica precisión prehistórica. Sería, pues, lugar de culto posteriormente cristianizado.
Merece la pena visitar la iglesia parroquial de Santa María, de austera fachada y espadaña coronada por pináculos. De planta rectangular y elevada verticalidad, destaca en el entorno natural en el que se ubica.
El carballo y sus alrededores han sido desde siempre punto de encuentro de peregrinación y fiesta, tanto para para honrar a la Virgen en sus diferentes advocaciones como de regreso del santuario de la Franqueira los lunes de Pentecostés, en la romería de las Pascuillas.
El da Armada no es el único gigante, porque en la parroquia de Sabaxáns está otro senlleiro el carballo de Agrelo, con más de treinta y cinco metros de altura. El lugar cuenta con una interesante iglesia parroquial, reedificada en el siglo XVIII probablemente sobre un anterior templo románico. En su interior conserva el arco triunfal apoyado sobre gruesas columnas con capiteles.
En esta misma parroquia de Sabaxáns están los petroglifos de Pé de Mula, un conjunto de grabados milenarios situados en lo alto. Componen una de las superficies graníticas con arte rupestre más importantes de Galicia, que abarca más de 200 metros cuadrados. En Gargamala existen igualmente insculturas de alto valor patrimonial.
Cernadela y Sobroso
Mondariz tiene algunos de los monumentos de silueta más reconocible de la provincia, como el puente de Cernadela y el castillo de Sobroso, se supone que construido sobre un antiguo poblado castreño. Se levanta a más de 300 metros en lo alto.
Tea y afluentes
El municipio está surcado por varias sendas a la orilla de los ríos, como las del Aboal y el Xabriña y, sobre todo, la del Tea, con su playa fluvial y área recreativa de O Val. Hay varias opciones, tanto para recorridos circulares como lineales.
Pescado, pulpo... Tradición en el plato
En el concello se pueden degustar los buenos pescados de sus ríos, además de los productos de la mejor tradición gallega. En el plato no faltan las empanadas, el pulpo o el churrasco a la brasa, entre otras muchas propuestas.