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NUEVA FORMA DE MALTRATO: DEJAR A UN PERRO MUDO

C uando un perro ladra en China no se andan con chiquitas, en Estados Unidos tampoco. Les cortan las cuerdas vocales. En España, desde hace algún tiempo, también se está demandando este tipo de práctica pero ¿en qué consiste realmente?

¿Y para qué se realiza una brutalidad como ésta? Pues verán, resulta que cada vez son más frecuentes las quejas vecinales por el tema de los ladridos. Normalmente se trata de personas que escuchan ladrar incesantemente al perro de un vecino y que, finalmente, acaban llamando a la policía. Unas veces lo hacen por las molestias pero, otras, cada vez más, porque temen que pueda estar sufriendo algún tipo de maltrato y esté pidiendo ayuda.

Lo anterior no sólo es posible sino que es muy habitual aunque, de forma general, los animales ladran porque tienen miedo, avisan de que algo extraño ocurre o, simplemente, se sienten solos y llaman a sus dueños ausentes. Para un perro el ladrido es una forma de comunicación fundamental, expresa sus emociones y, a través del mismo, se relaciona con el mundo exterior, algo básico para ellos.

De todas formas, para situaciones extremas de molestias, existen varias posibilidades. Por ejemplo, hay multitud de collares antiladridos en el mercado: unos expulsan olores ante el ladrido, otros soplan el cuello del perro cada vez que ladra, etc. Es decir, en el peor de los casos y ante la gravedad de una situación, existen soluciones. Es verdad que, como siempre, lo mejor es prevenir educándolos para no llegar a usar los mismos pero ¿Operar? ¿Cortarles las cuerdas vocales? ¿Convertirles en perros mudos para siempre? Eso, nunca. Eso, en mi opinión, es MALTRATO con mayúsculas.

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