El PP se prepara para encarar las consecuencias de la investigación judicial de la Operación Kitchen, el seguimiento policial ilegal a Luis Bárcenas con fondos reservados. El primer objetivo es abrir un cortafuegos con la actual dirección del partido. Después de su tibieza de la semana pasada --"Yo solo era un diputado por Ávila"-, Pablo Casado se mostró ayer tajante: "Caerá quien tenga que caer", advirtió en una entrevista radiofónica. El líder de los populares garantiza "tolerancia cero con cualquier conducta que no haya sido ejemplar".

Pablo Casado sabía desde el 2018 que la mina de la Kitchen iba a explotarle en cualquier momento. Las noticias que lee estos días sobre la operación urdida, supuestamente, por el Ministerio del Interior, en el Gobierno de Rajoy, para robarle datos sobre la "caja b" a Luis Bárcenas, le "indignan y preocupan", dijo ayer, pero reconoce que las veía venir. En la entrevista en la Cope quiso dejar constancia de que ninguno de los envueltos en la sospecha de espionaje (ni Francisco Martínez, antiguo secretario de Estado; ni el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz ni la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal) están en cargos públicos ni en el organigrama del partido.

No fueron en listas electorales, pese a que tanto Martínez como Fernández Díaz se lo pidieron el año pasado. Cospedal fue invitada a dejar el escaño en noviembre de 2018, cuando se publicaron audios en los que se constataban sus maniobras con el excomisario José Manuel Villarejo. Casado se "anticipó" y no contó con ellos, destacó, porque había "evidencias" que le hicieron desconfiar.

El juez decidirá en los próximos días si imputa a Fernández Díaz, Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, como le solicita la Fiscalía Anticorrupción. Martínez es el único que lo está por ahora.

¿Qué puede hacer Casado si el juez les señala? El líder del PP recordó lo que fuentes de la dirección avisan desde hace siete días: si finalmente Fernández Díaz y Cospedal, que sí que son militantes, a diferencia de Martínez, fueran imputados judicialmente, se les abriría un expediente que podría acabar con la suspensión de la afiliación, como marcan los estatutos.

El líder del PP puso en duda la labor de la Fiscalía por ser cabeza de esa institución Dolores Delgado, exministra de Pedro Sánchez. También pidió que en la comisión de investigación del Congreso, impulsada por socialistas y UP, "se investigue todo", también la relación de "Villarejo con Podemos, el PSOE y algunos ministros actuales".

Para demostrar que la "Kitchen" no va a interrumpir su labor de oposición, comunicó que va a registrar ya la comisión de la gestión de la pandemia que anunció en marzo. El PSOE lo ve como una "maniobra de distracción" para tapar el escándalo del espionaje. Los socialistas consideran que "es inadecuada" porque la responsabilidad ahora es de las autonomías y porque el PP se negó a apoyar el estado de alarma en mayo.