Los nueve independentistas encarcelados abandonaron ayer las prisiones de Wad-Ras, Lledoners y Puig de les Basses sin el apuro de tener que volver a encerrarse antes del anochecer. Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull, Joaquim Forn, Jordi Cuixart y Jordi Sànchez estrenaron ayer el tercer grado, régimen penitenciario que les permitirá pasar tres noches en casa y cuatro en prisión, donde deberán permanecer entre 8 y 11 horas. Hasta el lunes, podrán cobijarse junto a sus familias después de unos 1.000 días entre rejas.

Los reos subrayaron que el tercer grado es un "trozo" de libertad, pero no la libertad completa, y la Fiscalía ya prepara su recurso contra esta calificación, al tiempo que el PP amaga con una denuncia. "Sabemos que salimos pero es una falsa libertad", apuntó Romeva. Forcadell colgó poco después de su salida una foto de la playa de Barcelona vacía.

El acecho del Covid y las medidas de restricción decretadas al mediodía por el Govern para evitar el crecimiento de los contagios impidieron la celebración de algunos recibimientos a pie de calle previstos por la tarde. ERC optó por cancelar unos eventos que se idearon discretos, sin pomposidad, pero algunos exconsejeros de JxC mantuvieron la previsión en actos de tamaño reducido en sus localidades.

Junqueras telefoneó al president y se puso a su disposición, un gesto que el jefe del Govern agradeció, según la Agencia Catalana de Noticias. El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, fue arropado por la familia de la entidad, ya que el recibimiento tuvo lugar a las 11 horas, antes del anuncio del Govern. Decenas de personas acompañaron a Cuixart en su regreso a la sede de la calle Diputación de Barcelona, entre gritos de "libertad" y "lo volveremos a hacer" con la boca enmascarada. El presidente de Òmnium fue aplaudido por los socios y se fundió en un abrazo con el vicepresidente, Marcel Mauri, con el retrato de la expresidenta Muriel Casals, fallecida en 2016, de fondo. "Ha sido un orgullo enorme y me da una alegría inmensa haber estado en la cárcel y seguir estando por defender la democracia y la libertad", espetó Cuixart sonriente.