Pedro Sánchez quiere todas las garantías para la aprobación de los Presupuestos y no está dispuesto a dar un paso en falso que pueda arruinar unas cuentas públicas que son la clave de bóveda de la legislatura. Por ello, el Gobierno ha decidido que no los presentará ante el Congreso hasta que no ate todos los apoyos que aseguren que saldrán adelante, lo que retrasará la aprobación a fines del verano.

El Ejecutivo mira a ERC, dispuesta a validarlos pero envuelta en un contexto preelectoral de efectos inciertos. La intención del Gobierno era comenzar el trámite parlamentario en marzo y aprobar los Presupuestos en junio. Es más, cuando el presidente de la Generalitat Joaquim Torra, anunció las elecciones catalanas, Moncloa asumió que tendría que acelerar para que la votación fuese antes de los comicios y, así, facilitar que ERC los apoyase. "Cuanto antes", admitía Sánchez desde Barcelona el jueves pasado. El Gobierno matizó ayer que ese "cuanto antes" no significa sin garantías. Es decir, que llevará los Presupuestos al Congreso cuando se asegure de que ERC los respalda, y esto implica, indirectamente, que avance la mesa de diálogo, la gran conquista que los republicanos quiere exhibir a su electorado.

Sánchez necesitaría que los de Oriol Junqueras no presenten ninguna enmienda a la totalidad (como sí hicieron el año pasado) ni apoyen ninguna de otro grupo. Este objetivo parece asumible. ERC se muestra favorable a "no bloquear" este primer trámite y está dispuesta a negociar su apoyo en la votación final.

El Ejecutivo ya no sitúa ese último paso antes del verano. "Siento no poder afinar más los plazos, será antes del final del verano. Este Gobierno no tiene mayoría absoluta", explicó ayer la ministra de Hacienda María Jesús Montero. A pesar de la escasa prisa mostrada por los posconvergentes en sentarse a la mesa de diálogo, Moncloa insiste en que la primera reunión será "en breve". Montero no habló ayer de febrero, como hicieron Sánchez y Torra en Barcelona, pero manifestó la determinación del Ejecutivo de "profundizar" e "intensificar" el diálogo a pesar de las elecciones catalanas, porque "el diálogo no puede esperar".