Si en las elecciones del 28-A, el bipartidismo había extremado su rivalidad, con el 33% de votos tanto para los populares como los socialistas, en esta ocasión el PPdeG consolidó la mínima victoria obtenida entonces con un colchón de 11.000 sufragios sobre su máximo rival, más la victoria en el Senado. Lugo, provincia pequeña, y por tanto desfavorable para las terceras y cuartas fuerzas, dejó en la irrelevancia la caída del rupturismo o el hecho de que el partido de Santiago Abascal superar al BNG.

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