El PSOE se acerca al inicio oficial de la campaña electoral, en la medianoche del próximo jueves, con unas malas perspectivas demoscópicas. Las encuestas, incluidas las publicadas ayer, apuntan a que los socialistas tendrían incluso problemas para revalidar el resultado de los 123 diputados que obtuvo en abril y, desde luego, se encuentra muy lejos de los 140 escaños que se fijaban como objetivo los más optimistas ante la repetición electoral. Sin embargo, fuentes del PSOE citadas por Europa Press, apuntan a que los sondeos no reflejan el apoyo real que los socialistas tienen en el electorado.

Los socialistas confían en movilizar a los votantes en los días que restan hasta el 10 de noviembre y están convencidos de que contribuirá a ello la respuesta del Ejecutivo de Sánchez al desafío catalán tras la sentencia de Tribunal Supremo y la exhumación de Franco, cuyo impacto todavía no se reflejaría en los sondeos.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicará hoy su macrobarómetro preelectoral, elaborado a partir de 17.650 entrevistas domiciliarias realizadas en 1.091 municipios de 50 provincias, además de Ceuta y Melilla. Su error muestral del ±0,75 por ciento, muy inferior al de los sondeos conocidos hasta ahora cuyo margen de desviación se mueve entre 2 y 3 puntos. Incluye además una proyección de escaños.

El último barómetro del CIS del mes de septiembre, elaborado unos días antes de la convocatoria electoral, otorgaba al PSOE una estimación de voto del 34,2 por ciento, una subida de 5,6 puntos con respecto a sus resultados en las elecciones del 28 de abril. Ese porcentaje era justo el doble que el que concedía al PP, que se quedaba con el 17,1 por ciento.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, convocó ayer a los electores a derribar "el muro del bloqueo" que "nos impide avanzar y defendernos de las amenazas" , para lo cual llama a reunir "todas las fuerzas que sea posible". Sánchez intervino poco más de diez minutos en un acto en Madrid para presentar la campaña. Arropado por cinco ministros y la mayor parte de la ejecutiva federal, el secretario general del partido insistió en reclamar "un Gobierno fuerte" para superar la crisis de convivencia en Cataluña, a la vez que también "progresista, unido y estable, no en funciones".