De los signos que deja el estreno de la nueva legislatura, el que más anticipa las dificultades inmediatas es la constatación de que los socialistas se encuentran a un voto de distancia de todo lo que requiere mayoría absoluta (176 diputados) para salir adelante. La elección de Meritxell Batet, al segundo intento, por 175 apoyos marca el límite de los apoyos que el PSOE puede reunir sin recurrir a las formaciones secesionistas, socios incómodos, ni a PP o Ciudadanos, que ayer se esforzaron en abrir diferencias insalvables, quizá porque la campaña hacia la triple elección del domingo entra en su recta final.

La nueva presidenta del Congreso obtuvo 175 votos, los que suman PSOE (123), Podemos (42), PNV (6), Coalición Canaria (2), PRC (1) y Compromís (1). Es un anticipo de la combinación que podría hacer a Pedro Sánchez presidente, aunque todavía no se sabe en qué contexto. La probable suspensión por la Mesa del Congreso de los cuatro diputados soberanistas en prisión preventiva puede allanar ese procedimiento. A la espera del informe de los letrados de la Cámara, hay indicios firmes de que la decisión del órgano que rige la vida parlamentaria podría ir en ese sentido. Si como anticipa, el líder de ERC, Oriol Junqueras saliera elegido eurodiputado el domingo es probable que renuncie a su escaño en el Congreso, en un intento de trasladar el conflicto catalán al seno de la UE, y corra la lista. Los otros tres diputados que ahora se sientan en el banquillo del Tribunal Supremo agotarán, previsiblemente, los recursos contra su suspensión si la Mesa así lo decide, lo que, en principio, mantendría abierta la ventana de oportunidad de Sánchez de salir presidente sin tener que pedir las abstención del independentismo. Sin embargo, el juicio por el proceso secesionista catalán entra en sus últimas sesiones después de más cuatro meses y podría concluir a mediados de junio. En ese momento, se abre la posibilidad de que el tribunal que preside Manuel Marchena opte por dejar en libertad a los acusados ahora en prisión, una vez que, terminada la vista oral, decaiga el peligro de fuga, con el que el juez instructor justificó en su día el encarcelamiento preventivo. En esa circunstancia, quedaría también en el aire su suspensión.

Donde Pedro Sánchez no encontrará facilidad ninguna es en el PP y en Cs. Sobre el escenario del hemiciclo parlamentario ambas formaciones volvieron a dejar constancia ayer de que, respecto a los socialistas, siguen en las mismas posiciones que mantenían antes de las elecciones del 28 de abril.

La distancia entre socialistas y populares tuvo una proyección institucional en el Senado. La composición de la Mesa, que desde ayer preside el filósofo Manuel Cruz, refleja la mayoría del PSOE, que solo cede uno de sus cinco puestos al PNV. La intención inicial de ceder otro al PP se frustró en el momento en que los populares se abstuvieron en el Parlament en la designación de Miquel Iceta como senador, con los cual el expresidente de la Cámara Alta, Pío García-Escudero, y el exportavoz parlamentario Rafael Hernando serán sus únicos representantes. El PP "sigue empecinado en la política de enfrentamiento", resumió el portavoz socialista Ander Gil los argumentos para explicar el cambio en la actitud concesiva de su grupo.