El PP y Vox aprovecharon ayer el décimo quinto aniversario de los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004, saldados con 192 muertos, para resucitar la tesis de la conspiración. El líder popular, Pablo Casado, pidió que se "llegue a la verdad si alguien la oculta o intenta mercadear con ella", porque, añadió, las víctimas "merecen saber toda la verdad". La diputada andaluza de Vox Ana Gil sostuvo que "sin aquellas bombas, Zapatero no habría llegado a la Moncloa y sus leyes ideológicas y liberticidas (memoria histórica, violencia de género, excarcelación de etarras, aborto) no habrían visto la luz". Las declaraciones de populares y ultraderechistas fueron replicadas por el ministro de Justicia, Fernando Grande-Marlaska, quien resaltó que se sabe "toda la verdad" sobre el 11-M, que la investigación policial de los atentados fue "profesional" y que la instrucción y el juicio posteriores fueron también "perfectos y fiables".

Al margen de la resurrección de las teorías de la conspiración, la jornada estuvo presidida por la desunión en los homenajes. Además de numerosos en toda España, el primero de los celebrados en Madrid fue en la Puerta del Sol, donde se reunieron los presidentes del Gobierno, Pedro Sánchez; Madrid, Ángel Garrido, y la alcaldesa madrileña, Manuela Carmena, en unión de representantes de las asociaciones de víctimas.

Más polémico resultó el de UGT y CC OO en la estación de Atocha, donde el presidente de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Eulogio Paz, criticó al PP por no pedir perdón "por las mentiras" sobre la autoría de los atentados y arremetió contra el expresidente Aznar: "Nos llevó a la guerra (de Irak) y a cambio recibimos el atentado", dijo. En protesta, el candidato del PP a la Alcaldía de Madrid, José Luis Martínez Almeida, abandonó el acto.