El ministro del Interior de Italia, el ultra Matteo Salvini (Liga), escribió ayer "victoria" en un tuit cuando España desbloqueó la peligrosa situación en la que se encontraban los 629 inmigrantes que viajan a bordo del buque "Aquarius", al que el domingo los gobiernos de Italia y Malta negaron el acceso a sus puertos. "Es la primera vez que un barco que socorre a migrantes en Libia los desembarca en un puerto que no es italiano. Es la señal de que algo está cambiando", se felicitó.

Entre los inmigrantes -rescatados el sábado en aguas próximas a Libia- figuran siete embarazadas, once niños pequeños y 123 menores no acompañados, además de 15 quemados graves y personas aquejadas de hipotermia y ahogamiento.

La llegada del Aquarius a Valencia está prevista para el viernes o el sábado, pero MSF introdujo hacia las siete de la tarde un factor de inquietud al avisar de que el barco, sobrecargado, no está en condiciones de completar una travesía de 1.300 kilómetros. "El Aquarius agradece el gesto del Gobierno español, pero (...) un viaje de tres días en un barco que supera su capacidad máxima es inseguro", afirmó la ONG.

Las instituciones políticas europeas celebraron ayer la decisión del Gobierno de España de recibir al barco rechazado por Italia y Malta, a quienes la ONU reclamó respeto por la legislación internacional de refugiados.

Tras esta negativa, el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, ordenó ayer recibir a la embarcación en el puerto mediterráneo de Valencia.

"Acogemos con satisfacción la decisión de España. Los gobiernos europeos tienen que mostrar más solidaridad en la gestión de la llegada de refugiados", declaró tras esta orden el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland.

Es un ejemplo de "solidaridad real", añadió el comisario europeo, Dimitris Avramopoulos, y no solo hacia personas "desesperadas", sino hacia "los demás Estados miembros", remarcó.

"Así es como tendría que ser Europa", afirmó el presidente del grupo socialdemócrata (S&D) en el Parlamento Europeo (PE), Udo Bullmann, quien felicitó al Gobierno español por su "gran acto de humanidad".

A juicio de la portavoz del grupo de los Verdes en el PE, Ska Keller, España "está marcando la diferencia" con una decisión calificada por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) como una muestra de "liderazgo moral y legal".

"Cualquier decisión que permita que las personas a bordo estén seguras debe ser aplaudida", recordó el portavoz de la OIM, Leonard Doyle.

A este agradecimiento colectivo se sumaron los propios gobiernos de Italia y Malta.

"Habíamos pedido un gesto de solidaridad por parte de la Unión Europea. Debo agradecer a las autoridades españolas por haber acogido nuestra petición", dijo el primer ministro, Giuseppe Conte, que dirige un ejecutivo de coalición entre los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga.

Su homólogo maltés, Joseph Muscat, acusó además a Italia de "quebrantar las normas internacionales" y aseguró que su país mandará suministros frescos a la nave.

La decisión de ambos país de cerrar sus puertos a la embarcación humanitaria fue criticada por diferentes organismos internacionales, con especial dureza por parte de la Federación Internacional de la Cruz Roja.

"Es inaceptable", resumió el presidente de este organismo humanitario, Francesco Rocca, quien reclamó una solución urgente a una crisis humanitaria "que está empeorando". "Todos los gobiernos deben compartir la responsabilidad y tienen el deber de garantizar la seguridad y proteger la dignidad de todas las personas en movimiento", recordó.

En este mismo sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a los Gobiernos europeos respeto a la ley internacional y protección para refugiados y migrantes.