Josep Borrell volverá a la primera línea de la política como ministro de Exteriores. El suyo fue el primer nombre confirmado de quienes compondrán el nuevo Ejecutivo. De cumplirse las previsiones, el conjunto del gabinete de Pedro Sánchez se conocerá mañana, tomará posesión el jueves y el viernes celebrará su primer Consejo de Ministros.

Borrell, de 71 años, ingeniero aeronáutico y doctor en Ciencias Económicas, fue desde el comienzo uno de los veteranos valores del partido que respaldó a Pedro Sánchez en la batalla interna para recuperar el liderazgo del partido. El otoño pasado fue uno de los grandes azotes del independentismo catalán y encabezó las marchas cívicas contra el proceso secesionistas. Por eso su entrada en el Gobierno de Sánchez provocó las críticas en el independentismo más beligerante. El expresidente catalán Carles Puigdemont criticó la elección de Josep Borrell como nuevo ministro de Exteriores e ironizó si este es el "gesto" que tenía pensado el presidente del Gobierno para enviar un "mensaje fraternal de desescalada" de tensión a los soberanistas.

La elección de Borrell no ha gustado al líder de JxCat: "Rescatar perfiles de otro tiempo que se han significado por la escaldada del odio; ¿es el gesto que tenían pensado para enviarnos un mensaje de fraternal desescalada?", ironizó.

En la red social, otros dirigentes y voces influyentes del mundo soberanista criticaron la elección de Borrell, del que recordaron su participación en concentraciones organizadas por Societat Civil Catalana, su apuesta por "desinfectar" las heridas del "procés" y por un mayor control de los medios de comunicación públicos en Cataluña.

"Tiene ideas caducas sobre el estado de la nación. No es el mejor mensaje que Sánchez puede enviar a la sociedad catalana", afirmó el portavoz del PDeCAT en el Congreso de los Diputados, Carles Campuzano

Borrell vuelve a un puesto de primera línea en la política dos décadas después de que fuera ministro en el último Gobierno de Felipe González y tras renunciar en 1999 a la candidatura a presidente del Gobierno, que ganó en primarias a Joaquín Almunia. Ahora se sentará en el Consejo de Ministros junto a otros miembros que serán del PSOE o independientes vinculados a esta formación política. Sánchez se muestra dispuesto a incorporar a representantes de otros partidos, pero en segundos niveles de la Administración o en otros órganos y empresas públicas, como el Consejo de RTVE. La sugerencia de que Íñigo Errejón fuera uno de los tentados por algunas de esas responsabilidades causó malestar en Podemos.

En la cúpula del PSOE se da por segura la entrada en el Gobierno de Carmen Calvo, secretaria de Igualdad del PSOE, a la que en algunas quinielas se sitúa como posible vicepresidenta. También resulta muy probable que en el gabinete figure Margarita Robles al frente de Interior, de Justicia o en un departamento que fusionara ambos departamentos

La nueva estructura gubernativa recuperará el Ministerio de Igualdad, que creó en 2008 José Luis Rodríguez Zapatero y que él mismo suprimió dos años después. Habrá también un Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, que dependerá directamente de Sánchez.

Habrá un gran ministerio que aglutine Medio Ambiente, Energía y Cambio Climático. Al frente de este departamento se situaría Teresa Ribera, quien fue directora de la Oficina de Cambio Climático desde 2004 a 2008 y que ocupó la Secretaría de Estado de Medio Ambiente de 2008 a 2011.

Además, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, garantizó que su Ejecutivo va a anteponer siempre el consenso a la crispación y recalcó que "escuchar, dialogar y consensuar" han de ser los tres pilares de la política del siglo XXI.

Sánchez hizo esta consideración en su primera intervención pública, quien después de inagurar su agenda recibiendo en el Palacio de la Moncloa al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, intervino en el acto organizado en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con motivo del 25 aniversario de las relaciones entre España y Andorra.

Sánchez resaltó que " el ánimo del nuevo Gobierno de España será anteponer siempre el consenso a la crispación en todos y cada uno de los ámbitos de la política española y de la política internacional".

El presidente del Gobierno manifestó asimismo que su Gobierno alberga la "firme convicción" de que el proyecto de integración europea debe conllevar ante todo el establecimiento de un espacio de progreso y bienestar compartidos y, en consecuencia, de reducción de muchas de las desigualdades y precariedad que ahora ha asegurado que sufren la ciudadanía española y europea.

Antes de intervenir en el acto, Sánchez comentó a los informadores que "dentro de poco" tendrá cerrado su Gobierno.