El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, evitó ayer dar garantías de que los cinco diputados peneuvistas votarán "sí" a Pedro Sánchez en la moción de censura de este viernes. Los nacionalistas vascos empiezan por lanzar el mensaje de que no quieren "elecciones ya", porque según su presidente, Andoni Ortuzar, "sería un despropósito que le pondría a Cs la situación en bandeja y no arreglaría nada".

Dicho eso -lo que no es ninguna novedad, vistos los ásperos choques de los últimos meses entre Cs y el PNV, sobre todo a cuenta del "cupo vasco" y la situación en Cataluña-, Esteban se limitó a recordar que el proponente es Sánchez y que es él quien debe explicar primero qué "quiere hacer", "con qué mayorías" lo hará y qué ideas tiene para el País Vasco y Cataluña.

Esteban hizo hincapié en las muchas "incógnitas" que planean sobre la moción y que antes de su votación deberían despejarse. Así, "cuándo quiere disolver" las Cortes el candidato, "qué quiere arreglar" y "con quién lo quiere arreglar". Y, sobre todo, qué "ideas" tiene el candidato para el País Vasco y resolver "el embrollo" de Cataluña.

Los soberanistas

También los partidos soberanistas catalanes evitaron avanzar el sentido de su voto. Igual que el PNV, ERC juzgó imprescindible sentarse antes a hablar, pero, a diferencia de los nacionalistas vascos, los republicanos catalanes se quejaron de que Sánchez no se haya dirigido ya a ellos, aunque solo fuera por "educación".

El portavoz, Joan Tardà, fue muy claro: "Parece como si el PSOE quisiera que ERC votara en contra". No obstante, no tomará una decisión hasta consultar con su líder, Oriol Junqueras, en prisión, y la secretaria general, Marta Rovira, huida a Suiza.

El PDeCAT, abierto a apoyar a Sánchez porque "echar" a Rajoy es una razón "poderosa", insistió en saber si su intención es "otro fake" que "no busca echar a Rajoy", sino marcar el nuevo "perfil" del líder del PSOE, "decantado" hacia el nacionalismo español, dijo su portavoz en el Congreso, Carles Campuzano.

De su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, mostró su disposición a buscar con Mariano Rajoy un "fin ordenado" a esta legislatura "acabada", si pone "fecha y hora" en otoño para unas elecciones generales, y aseguró en ningún caso votará a favor de la moción del PSOE en sus términos actuales, es decir, con Sánchez como candidato.

No obstante, sigue tendiendo la mano a los socialistas para acordar una moción instrumental que sirva solo para convocar unas elecciones porque no apoyará a nadie que quiera llegar al Gobierno "a cualquier precio".

Rivera dijo estar dispuesto a "sentarse con el Gobierno" si su presidente convoca unas elecciones para otoño en las que "todos los españoles decidan", buscando así una "salida ordenada, democrática y digna" a una legislatura que ve agotada y que solo serviría para desgastar al Gobierno.

Pero el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, subrayó que hay "cierre de filas" en el partido en torno a Rajoy, quien, "evidentemente", no va a renunciar. A tono con las descalificaciones de días anteriores, el portavoz, Pablo Casado, acusó a Sánchez de poner España "en manos de independentistas y batasunos".