El líder de la "trama Gürtel" de financiación ilegal del PP, Francisco Correa, cumplió ayer las expectativas despertadas y dio un paso adelante en su colaboración con la justicia para obtener una reducción en la petición fiscal de pena. En la segunda jornada del juicio por la financiación ilegal del PP valenciano, Correa acusó al ex secretario general de esa formación Ricardo Costa de ser quien indicaba a Orange Market, la filial de Gürtel en esa comunidad, a qué empresarios tenía que facturar los actos de las campañas electorales de 2007 y 2008 si "quería cobrar".

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el PP pagó a Orange Market un total de 3,4 millones de euros por actos electorales y otros eventos entre 2007 y 2008. Sobre los gastos electorales, el escrito precisa que el PP abonó 2,03 millones de euros, todos ellos en negro, de los cuáles 1,2 millones fueron sufragados por los empresarios.

"Sabía que para cobrar teníamos que facturar a los empresarios que se han sentado aquí", dijo Correa. en referencia a los nueve empresarios "arrepentidos" que ayer refrendaron ante el juez haber sufragado de forma irregular parte de los actos electorales de los populares valencianos durante el mandato de Francisco Camps. Gracias a esta colaboración con la justicia los empresarios verán reducida la petición fiscal de pena, que era de cuatro a seis años de cárcel, a tiempos oscilantes entre los 15 y 21 meses, que finalmente serán conmutados por multas.

El protagonista

Ante esto, la fiscal Myriam Segura pidió a Correa que concretase de quién era la "iniciativa". "Del Partido Popular", contestó Correa, quien relató que los populares les decían: "¿Queréis cobrar? Pues tenéis que facturar a estas empresas".

"Todas las facturas que nosotros hemos emitido a estos empresarios son trabajos reales para el PP", relató. Después, a preguntas del abogado del Estado, Edmundo Bal, precisó que las facturas "tenían que haber sido emitidas al PP, pero como ellos (los populares) no nos podían pagar nos dijeron que se lo facturásemos a los empresarios.

Por insistencia de Bal, Correa relató que era consciente de esta advertencia porque se la comunicaba su "número dos", Pablo Crespo, que era quien llevaba "el día a día" de las empresas de la Gürtel y quien se reunía con Costa para concretar esos detalles. "No sé imagina el enfado con el que vino a Madrid", dijo sobre su mano derecha, porque en su "actividad anterior era político" y sabía el "problema" que esto podía conllevar. Crespo había sido secretario de Organización del PP gallego.

El cabecilla de la red aseguró no conocer "absolutamente a nadie del PP de Valencia" y explicó que a Costa sólo lo vio una vez y que en otra ocasión "charló" con él por teléfono para animarle porque "estaba bajo de moral".

En cuanto al expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps, Correa manifestó que le conoció en la boda de la hija del expresidente Aznar, ya que el que tenía relación con Camps era Álvaro Pérez "El Bigotes", máximo responsable del Orange Market porque se lo presentó el yerno de Aznar, Alejandro Agag.