Las comisiones ilegales pagadas por Ferrovial a Convergència (CDC), a cambio de adjudicaciones de obra pública, fueron primero del 3%, pero después se elevaron al 4%. Y no porque el coste de la vida hubiera aumentado, sino porque el partido de Artur Mas, ahora rebautizado como PDECat, "quería más dinero".

Lo afirmó ayer, sin poder evitar una sonrisa, Jordi Montull, el antiguo "número dos" del Palau de la Música, la entidad cultural a cuya sede acudía el entonces tesorero de CDC, Daniel Osàcar, a recoger el dinero que ya le tenía preparado en sobres.

"Él venía, contaba el dinero, lo recogía y se lo llevaba", resumió el acusado, que se enfrenta a una pena de 27 años de cárcel. La misma a la que se expone Fèlix Millet, el "número uno" del Palau, que ya el miércoles, durante su declaración, había revelado indirectamente que las mordidas eran del 4% cuando detalló su reparto: 2,5% para CDC, 1% para él y 0,5% para su mano derecha.

Montull prosiguió ayer con el relato incriminatorio contra CDC emprendido la víspera por Millet. Y, como él, tampoco dio nombres, más allá de los conocidos: el tesorero Carles Torrent, ya fallecido, y su sustituto, Osàcar, que dio su versión de los hechos cuando Montull terminó de deponer: "Lo afirmo con toda rotundidad, es falso, no es cierto".

El extesorero defendió la legalidad de los convenios entre el Palau y la fundación Trias Fargas (afín a CDC), cuya responsabilidad Montull endosó a Millet. Eran, dijo Osàcar, para fomentar la cultura catalana, para que en las fiestas mayores de los barrios y los pueblos "no pusieran sólo música andaluza".

En su declaración, Montull explicó que al principio era Millet el que se reunía con el tesorero de CDC, entonces Torrent, de quien el "número dos" dijo que no sabía ni el cargo que tenía en el partido. Para él era "el recadero".

El relevo

Fue con el relevo de Torrent por Osàcar cuando Montull asumió la entrega de sobres. Pero acerca de con qué cargos se reunía Millet, aparte de los tesoreros, aseguró no saber nada. Admitió, eso sí, que asistió a una reunión en un hotel barcelonés con el exconsejero y ahora diputado de Junts pel Sí Germà Gordó y el exdiputado convergente Jaume Camps. Pero ese día "no se habló de dinero", sino de política y de fútbol, "quizá porque yo estaba delante", aventuró.

Montull también reconoció, como el miércoles hiciera su hija Gemma, que CDC les hacía llegar facturas falsas para justificar pagos de comisiones ilegales a Ferrovial; pero sólo empezó a hacerlo cuando se lo pidió Millet para defenderse de dos investigaciones que les había abierto la Agencia Tributaria por los numerosos reintegros en efectivo.

Sobre el papel de su hija en todos estos manejos, Montull aseguró que no tuvo "ninguna capacitación" para actuar mientras fue directora financiera del Palau. "El único que mandaba era Millet". Y él (Montull) era el "bombero", porque "si pasaba algo yo tenía que solucionarlo".