El testimonio de una empleada que ayer reconoció ante el juez que tenía un contrato ficticio con Aizoon, empresa con la que los duques de Palma gestionaban su patrimonio, refuerza las sospechas de la fiscalía de que Urdangarín defraudó a Hacienda a través de esta sociedad.

El juez que investiga el desvío de fondos del Instituto Nóos, José Castro, inició ayer en los Juzgados de Barcelona su cuarta ronda de interrogatorios a testigos de la causa, aunque sólo tres de los once citados comparecieron ante el magistrado.

Según fuentes judiciales, el más relevante de los testimonios fue el de Cristina V., una empleada contratada por Aizoon que negó que hiciera trabajo alguno para esa sociedad, pese a que en la Seguridad Social constaba como dada de alta. Precisamente, Urdangarín fue interrogado en su segunda comparecencia por la función de esa testigo que figuraba como dada de alta en Aizoon, cuyo nombre el duque de Palma dijo no recordar.