Una carta intervenida al prsunto etarra detenido en Nigrán, Aitor Kotano Sinde, alertó a la Guardia Civil de la inminencia de un próximo atentado a gran escala en Getxo, nada similar a los pequeños artefactos que explotaron el pasado fin de semana en las localidades cántabras de Laredo y Noja, según fuentes de la investigación.

Los nueve detenidos del "comando Vizcaya", dirigido por Arkaitz Goikoetxea y desarticulado el martes, tenían previsto perpetrar un golpe de gran magnitud en el País Vasco por lo que la banda terrorista recomendaba a Kotano Sinde que abandonase su vivienda en la localidad vizcaína para no levantar sospechas y evitar ser detenido ante la inmediatez del atentado. En la misiva se le indicaba un piso en Francia donde podría ocultarse.

El joven, de 24 años, tendría como misión buscar objetivos para cometer los atentados, según se desprende de las primeras investigaciones. Kotano Sinde se había desplazado a Galicia para acudir a la boda de una prima, hija del cónsul de Dinamarca en Vigo, que se celebró el pasado día 12 en Ponteareas. Diez días después se refugió con su novia, también vasca, en un chalé de su tío en Panxón (Nigrán).

De todos modos, la Guardia Civil investiga exhaustivamente sus pasos para reconstruir sus pasos. Se sospecha que tras la boda volvió a Getxo, pero regresó a Galicia tras recibir la misiva de ETA aconsejándole ausentarse, pues llegó al chalé sobre las 4 de la tarde del lunes pasado, pocas horas antes de su detención. También se analiza la documentación que se le intervino en el momento de su arresto.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcava aseguró ayer que la operación sigue abierta y podría haber nuevas detenciones. "La Guardia Civil no descansa. La operación de detenciones va a continuar. No sólo hemos detenido a los culpables, sino que hemos evitado nuevos atentados. En los próximos días veremos hasta qué punto es cierto esto", afirmó.

Y es que todo apunta que los detenidos del "comando Vizcaya" -autor de la mayoría de atentados perpetrados por ETA tras la tregua, incluido el que costó la vida al agente Juan Manuel Piñel en Legutiano el pasado mes de mayo-, preparaban dos importantes golpes terroristas. Uno con un coche bomba contra intereses empresariales en el País Vasco, y otro contra el nuevo recinto ferial Bilbao Exhibition Centre, a tenor de los documentos y croquis que les han sido incautados.

La Guardia Civil busca a otros dos miembros huídos del "comando Vizcaya". Uno sería el otro "liberado" de ETA, Jurden Martitegi, que dirigiría el "comando Vizcaya" junto con Goikoetxea; y el otro un miembro "legal" (no fichado) cuyo domicilio fue registrado ayer, al igual que una casa de la localidad riojana de Ezcarey, propiedad de un familiar de los detenidos.

Los nueve arrestados fueron trasladados a Madrid, donde permanecen incomunicados a la espera de prestar declaración ante el juez Baltasar Garzón, quien habría ordenado la aplicación del protocolo especial que creó en 2006 para prevenir abusos durante el cautiverio de los arrestados. Esta medida obliga a grabar con videocámaras el periodo de incomunicación de los incomunicados, que recibirán la visita diaria de un médico de su confianza acompañado por forenses de la Audiencia Nacional, que ya han realizado dos visitas.

La estructura del "comando Vizcaya" era muy compleja. Los investigadores colocan al frente de la coordinación a Goikoetxea, su novia Maialen Zuazo, Jurden Martutegi (posiblemente refugiado en Fancia hace tiempo) y Ana Isabel Prieto. Con ellos colaborarían tres grupos de apoyo. El primero estaría integrado por los detenidos Aitor Kotano, Mikel Saratxo e Íñigo Gutiérrez, a quienes se relaciona con seis atentados en el gran Bilbao entre diciembre y febrero, así como los ataques al club marítimo de Getxo y al diario El Correo.

El segundo grupo de apoyo, con base en Elorrio, estaría a cargo a Gaizka Jareño, con su novia Libe Aguirre y Adur Aristegui. Se les vincula con informaciones para el ataque contra la casa cuartel de Durango, los juzgados de Vergara y la comisaría autonómica de Zarautz. No se descarta la existencia de un tercer grupo de apoyo, todavía sin desarticular, que podría ser autor de las bombas en playas de Cantabria.