La vista comenzó con la lectura por parte del secretario de la sección tercera de la Audiencia Provincial de Almería de los escritos de calificaciones provisionales de las partes y después comenzarán las declaraciones de los nueve imputados, que se prolongarán previsiblemente durante toda la jornada de hoy.

El teniente y jefe del puesto, José Manuel Rivas Ruiz, afronta una petición del fiscal de diez años de prisión por los delitos de atentado grave contra la integridad moral, lesiones y homicidio imprudente -los dos últimos con la agravante de abuso de superioridad- mientras que la acusación particular le solicita 12 años de cárcel.

Para siete imputados -los agentes J.A.M.F., A.M.V.A., M.J.S.P., D.J.M., A.S.G., J.A.M.M. y J.R.A.E- el fiscal pide ocho años de prisión, para cada uno, por los citados delitos.

Para el último de los imputados, A.G.R, la fiscalía solicita el sobreseimiento y archivo de las actuaciones al considerar que no participó en los hechos, aunque la acusación particular le considera cómplice de lo sucedido.

El fiscal también exige a los imputados que indemnicen conjunta y solidariamente a los herederos y a la viuda de Galdeano con 95.000 euros, cifra que la acusación particular eleva al millón de euros para cada imputado.

Juan Martínez Galdeano murió sobre las 17.45 horas del 24 de julio de 2005 después de acudir al cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar para solicitar auxilio tras su implicación en un accidente de tráfico de carácter leve.

El escrito de conclusiones del fiscal explicita que se le ordenó permanecer en las instalaciones, de las que trató de huir, por lo que dos agentes le detuvieron y le colocaron unos grilletes en las muñecas.

Una media hora después comenzó un violento forcejeo entre el agricultor y cinco agentes que trataron de introducirle en un vehículo oficial para trasladarle a otras dependencias, momento en el que el teniente Rivas -fuera de servicio- irrumpió en el lugar armado con una defensa metálica extensible y otra eléctrica, con las que golpeó al detenido de manera reiterada.

Según esta explicación, los agentes continuaron golpeando a Galdeano -llegando incluso a hacer uso del bastón extensible para presionarle el cuello- hasta que se percataron de que no respiraba, momento en el que iniciaron maniobras de reanimación cardiopulmonar que no dieron resultado.